El doctor en literatura repasará parte de su texto Principios básicos de rabiología el lunes 11 a las 21 horas.
Es uno de los escritores más interesantes de la escena literaria actual. Narrador y poeta, Nibaldo Acero posee una potente obra con varias publicaciones. Destaca además el acabado estudio que ha realizado acerca de Roberto Bolaño. Se declara como futbolero, pero también ejerce como profesor y académico. Acero es doctor en Literatura por la Pontificia Universidad Católica de Chile en codirección con la Universidad de Salamanca y licenciado en Educación y Profesor de Lengua castellana y literatura. Como profesor de Enseñanza escolar y universitaria se ha desempeñado en la didáctica de la literatura y la enseñanza de la escritura en contextos complejos de la Enseñanza Media y Básica. Actualmente ejerce como académico de la Escuela de Pedagogía en Lengua Castellana de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, en la cual trabaja en las líneas de formación docente y literatura. Ha ganado diferentes becas de creación, formación e investigación literaria de parte del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, de Chile. Ha publicado los poemarios Melinka (2004), Por el corazón o la verga (2010) y Principios Básicos de Rabiología (2018); las novelas Guía satánica de Gerona (2013) y Gol de oro (Premio Mejor Novela, Instituto de Historia y Estadísticas del Fútbol Chileno, 2017); en el ámbito del ensayo, publicó los libros Vestigio y Especulación. Textos anunciados, inacabados y perdidos de la literatura chilena (2014) y La Ruta de los niños rojos. La poética de Roberto Bolaño (2017). Próximamente será publicada en España su primera novela infantil, titulada El doctor de los libros viejos. El autor se presentará el lunes 11 a las 21 horas en el marco de la feria del libro.
En entrevista exclusiva Acero nos habla de su nueva publicación, de Bolaño, entre otros temas.
Cuéntanos sobre tu última publicación en poesía Principios básicos de rabiología ¿cómo surge este poemario y cuál es su temática central?
“El manuscrito original tuvo bastante buena barra de parte de los
evaluadores del ex Consejo del libro, quienes lo tildaron de ser un
texto potente en lo musical, aunque a veces desgarrador. Hablando en
esos términos musicales, me animo a decir que el libro transita desde
el Mazapán hasta el power metal, pasando por “Killing me softly”, Rage
Against the Machine y “Ella ya me olvidó”, de Leonardo Fabio. Es un
libro que no se guarda nada, lo que me llena de una especie de
orgullo. Hay amigos que me han dicho que es el mejor libro que han
leído hace rato, como hay quienes que han quedado medios aturdidos con
su poca sutileza. Me agrada, saldría a tomarme un trago con este
libro, me lo imagino perfectamente agarrando a combos fuera de una
disco, funando, follando o haciendo dormir a sus hijos. En síntesis,
es un libro que tiene poemas de hace catorce años y algunos de unos
par de meses, que recorre órganos y memorias, diría Lihn, que se
arroja de cabeza contra la página y amorosamente la pierde. Que
voluntariosamente la pierde”.
Eres un estudioso de la obra de Roberto Bolaño, ¿qué importancia tiene el autor de Los detectives salvajes en tu obra?
“Aquí me pondré un poco brígido. A mi modo de ver, en general el
escritor medio, incluso el escritor pelao raso, como yo, no demora un
segundo en ser un ingrato, un agrandao intragable o un iluminado que
está más allá del bien o del mal, que siente que no le debe nada a
nadie, y que prácticamente él o ella ha inventado la literatura. Por
mi parte, me siento con mucha suerte porque reconozco en mis padres
putativos o literarios el combustible que todavía mantiene andando el
motor de mi escritura, sea esta buena o mala. Yo reconozco en Bolaño
una energía imparable que me desespera, que aún me vuela la cabeza.
Quizás esa actitud también me hace humilde ante la Palabra, me hace
ser un lector cada vez más gozoso y un ser humano permanentemente al
borde de la pasión y la ternura”.
Has escrito libros en prosa y poesía, ¿con cuál género literario te sientes más cómodo?
“Afortunadamente, en todo género me siento incómodo, es decir, todo
género me pone un aprieto tremendo, el de poner los ojos donde nadie
quiere ponerlos. Ese es mi desafío: escribir rajándose, haciéndose
mierda. Sábato habla de testimoniar el drama, la angustia, la
esperanzas en medio del horror, la guerra o la soledad. Eso me pone,
el desmembrarse mientras se lee o escribe, el dejar de hacerle el
circo a los críticos y volcar la escritura hacia el cuerpo, pero
hacerlo en serio, sin medir consecuencias. Quizás por eso he estado
escribiendo también drama, para una compañía performática de Ciudad de
México, porque más que un tema de géneros ha sido vital inyectar de
crueldad y amor, de roces y goces, las imágenes creadas. Hacer del
grito viva carne, y viceversa”.
¿Qué les dirías a las personas que desean ir a la presentación de Principios Básicos de Rabiología?
“Que la poesía tiene varias caras, voces, muslos y sexos, y que la mía
es una más entre tantas otras apuestas. Que la poesía es bellísima y
dura también, que no hay una, sino hay inagotables e intratables
poesías. Que es pesada y ligera. En realidad, no sé en realidad si eso
querría decirles, lo que sí me encantaría saber es que luego de la
lectura varios se fueron su casa a hacer el amor o de plano a un
motel. Eso me dejaría poéticamente satisfecho”.
Para finalizar, sobre tus proyectos futuros sé que publicarás una novela infantil, nos puedes adelantar un poco de qué trata
“Sí, en marzo o abril ya aparece, bajo el sello de Los Perros
Románticos, mi primera novela infantil, El doctor de los libros viejos.
Ese libro me encanta, quizás es el primer libro “sencillo” que
escribo, y sí que es difícil escribir sencillamente. Es una historia
que ocurre en Coquimbo, en una villa ficcional llamada poeta Susana
Moya, donde una familia vende libros pirateados para sobrevivir. Los
libros son parte de la historia, personajes que salen de la biblioteca
para ser parte de la vida cotidiana. Escribir para niños ha sido todo
un descubrimiento, es mucho más difícil de lo que creía, sobre todo si
tienes tres hijas que, además de personajes, las hacen de críticas
literarias”.