Verde, Amarillo, Rojo, Blanco y Lila forman parte de un arcoíris solidario que ilumina al Hospital de La Serena. Cuerpos de voluntariado que apoyan a los usuarios material y espiritualmente, haciendo la diferencia en su recuperación.
Hace más de dos semanas, Aniclerio Muñoz debió dejar su tierra en la Provincia de Choapa. Desde la localidad de Los Rulos llegó hasta la capital regional por problemas cardiacos que hoy lo mantienen recuperándose en el Hospital San Juan de Dios. Pese a su soledad y delicado estado de salud, Aniclerio lucha con fuerza por salir adelante y estando hospitalizado, ha podido vivir experiencias que alivian su corazón.
Y es que entre las paredes del hospital, ha encontrado el apoyo que necesitaba en las denominadas “damas de color”, voluntarias que le han tendido una mano y se han transformado en su verdadera familia. “Yo me siento muy agradecido con las señoritas porque uno está solo, no tiene nada ni a nadie y ellas vienen y nos ayudan. A mí me dieron una toalla, un buzo y un pijama. Yo lo agradezco porque no tengo a nadie quien me ayude”, expresó.
Desde su vereda, Beatriz Morros, Presidenta de las Damas de Rojo del Hospital San Juan de Dios de La Serena, manifestó que para ella, ayudar a este hombre de 77 años ha significado una gran satisfacción y señaló que “el trabajo que uno realiza realmente te llena el alma y la verdad es que la gente es muy agradecida con uno”.
Quienes integran los cuerpos de voluntariado ayudan a los pacientes que más lo necesitan o que no cuentan con una red de apoyo presente, entregando materiales de aseo, subvencionando pasajes para quienes viven en zonas alejadas, devolviéndoles el autoestima con simples acciones como un corte de pelo y brindando importante ayuda que traspasa lo material. Las damas de color acompañan fielmente a los usuarios e incluso, a veces deben verlos partir. “Es triste, pero a uno le queda a gratificación de haberlos acompañado en los momentos de dolor y tristeza”, sostuvo Beatriz.
Liliana López, trabajadora social y coordinadora de los voluntariados del Hospital de La Serena, indicó que para el establecimiento “las damas de colores son esenciales porque humanizan la atención y su rol es importantísimo porque colaboran entregando lo que los pacientes necesitan, siempre están atentas a lo que requieren. Es por eso, que el director de nuestra institución les entregó un sentido reconocimiento por su abnegada labor. Las voluntarias hacen una ronda diaria, donde van ofreciendo su colaboración y muchas veces los pacientes sólo requieren compañía y ellas son las que llenan ese vacío visitándolos y cambiándoles la experiencia en el hospital”.
Tareas tan cotidianas como tinturas de cabello para las pacientes o afeitar a los varones pueden hacer la diferencia en la vida de una persona que se encuentra hospitalizada. “Esto pudiera parecer poco importante pero es esencial, es significativo porque así los pacientes les transmiten calma a sus familiares, mitigan su sufrimiento, tienen más fuerza para enfrentar su tratamiento y ellos se sienten bien y cuidados más allá de clínico”, indicó López.
Por su parte, Beatriz Morros, agregó que las Damas de Rojo son “el nexo entre los pacientes y sus familiares, les damos información o entregamos encargos. También acompañamos a los pacientes que están solos, que no tienen una apoyo presente, le entregamos la ayuda material, proporcionándoles útiles de aseo, pantuflas, pijamas y sobre todo buscamos ser su compañía, darles una palabra de aliento y ser nosotros como su familia”.
Verde, Amarillo, Rojo, Blanco y Lila, un arcoíris solidario que ilumina el Hospital de La Serena con más de 70 voluntarias que alegran la vida de los pacientes en los momentos más difíciles de sus vidas, entregando con gran dedicación todo su cariño a pacientes como Aniclerio, para quien el rojo ha sido el color de la esperanza en medio de su enfermedad.