FRIOLENTA
“Le tengo horror a dos cosas: al paisaje plano y al frío. Yo nací para vivir en el trópico. No sé cómo resistiré este invierno en Nueva York.”
Gabriela entrevistada por Armando Zegri, Diario del Pueblo (1931). El Salvador
FUMADORA APASIONADA
“Soy fumadora, muchísimo. Vengo fumando desde los catorce años. Esto debe ser seguramente porque el cigarrillo me calma. La gente me mira esta la cara que tengo, los ojos claros, el pelo albo y me toma por dulce. Soy todo lo contrario: apasionada, terriblemente inquieta. El cigarro me hace darle crédito a mi cara, me dulcifica”
Gabriela entrevistada por Santiago del Campo, El Mercurio (1953). Santiago de Chile
INDÍGENA
“Siento al indio que llevo dentro. No es la sangre la amarra que nos une, es la lengua. Pero la lengua es un vínculo fuerte. Yo pienso que más que el amor. Me parece difícil querer en un idioma extranjero”
Gabriela entrevistada por Xesús Nieto Peña, La Libertad (1933). Madrid
UNA CAMPESINA VENIDA A LA CIUDAD
El que ha visto alguna vez un retrato de Gabriela Mistral la imagina como una mujer de rasgos duros, que recuerda en algo las líneas abultadas de la máscara de Rubén Darío. El retrato que más ha popularizado su fisonomía nos la presenta así, con los párpados tristemente caídos y los labios apretados en un pliegue doloroso. Pero esa expresión ásperamente viril se borra cuando se la ve. Comprendemos en seguida que Gabriela Mistral es distinta y su mirada y su voz nos dan una imagen diferente, que invade sin esfuerzo la intimidad de nuestra simpatía y nos pone en contacto con el fondo de su espíritu.
… Gabriela Mistral habla con lentitud. No hay en su persona, en su gesto, en su manera, un asomo de aliño literario, de postura ficticia, de teatralidad estudiada. La sencillez de su expresión, tan desnuda de rebuscamiento, tan despojada de sombras artificiales, corresponde a la genuina sencillez de su espíritu.
Impresión deAlberto Gerchunoff, La Nación (1925). Buenos Aires
MEZCLA DE SANTÓN EGIPCIO Y ALDEANA VASCA
Y cuando vi acercarse a una señora alta, de recia contextura, con un largo vestido de tonos grises y líneas entrelazadas, tuve que poner bridas al corazón, que quería huir por el jardín con aquel hermoso instante del brazo.
…A mí me pareció más bien una mezcla de santón egipcio y vieja aldeana vasca. Y sangre vasca lleva, en efecto. Me tendió una mano huesuda, fría y estática, con algo de ídolo y de jade y me contempló con sus ojos blancuzcos.
…Gabriela interrumpe mi asombro. Tiene una charla lenta, y simultáneamente, fluida. La dejo vagar a su gusto, buscando, con una pasión de celtíbero aferrado a sus defectos, pero también a las virtudes de su vieja patria, una palabra de cariño, una tan solo. Inútil, perfecta y dolorosamente inútil.
Impresión deAdolfo Lizón, Correo Literario (1951). Italia
APASIONANTES OJOS
Sus cejas son dos arcos, decididamente dos arcos, y aunque amplias, nunca se abren con suficiente holgura como para dejar que aquel enorme par de ojos pardos se expresen como quisieran. Indiscutidamente, en el rostro de Gabriela lo más apasionante son estos ojos.
A ellos se asoman, en las formas más diversas y marcadas, sus sentimientos. A través de la conversación los veo llenarse, según sean sus palabras, con igual facilidad de lágrimas que de risas. No me explico qué admirable condición hace esta alma, tan dúctil al pasar de uno a otro estado anímico, sin más conductor en ella que su perfecto pensamiento.
Gabriela fuma incansablemente.
Su hablar es curioso. Puedo notar que en aquel deja caer palabras, gota a gota, si se pudiera decir así, hay una notable refrendación en su pensamiento, que, según puedo notar, le da muchas imágenes para cada idea, de las cuales, presumo, elige la mejor.
Impresión deGerardo Larraín Valdés, Revista Zigzag (1948). Santiago de Chile
BONDADES DE LA INMIGRACIÓN ITALIANA
“Este es el país más hospitalario, de más calidad humana, de mayor capacidad y sensibilidad artística del mundo. Los gobernantes solo ahora reconocen que la inmigración italiana es la que debieron llevar a Chile desde hace tiempo.
Los italianos son ‘maestros’ en el trabajo de la agricultura, en todas sus ramas y derivados y harían en nuestro suelo incalculables beneficios. Son orfebres de la artesanía y aportarían la escuela ancestral que poseen, para enseñar a nuestro inteligente pueblo. Y, en general, es una raza fuerte, sana, culta, laboriosa, alegre y hermosa.”
Gabriela entrevistada por Matilde Ladrón de Guevara, El Diario Ilustrado (1951). Santiago de Chile
ESTADO DE CASI FELICIDAD
“Mi vida aquí es dulce y plácida, que parece un sueño y tal vez la felicidad. Me gusta el Brasil (Petrópolis) por la naturaleza tropical, y yo soy pasional, desde que conocí al trópico le tengo amor como si hubiera nacido en él; me gusta la alegría de la gente y el color moreno de los rostros.”
Gabriela entrevistada por Luis Pacull, La Hora (1941). Santiago de Chile
XENOFOBIA Y CULTURA
“No creo ya en la cultura. Hace a los hombres más engreídos, los hunde en la xenofobia. Los países blancos desprecian a los negros. Los países negros a los blancos. Los países indios a los blancos y a los negros. ¿Qué hacer entonces? No digamos solamente la religión, sino que –para hablar en forma más amplia- lo que puede salvar al mundo es el plano espiritual. Porque no es sabiendo más como el hombre asciende, sino sintiendo –como dice Merton- que la vida de cada uno es parte de un misterio que todavía no comprendemos.”
Gabriela entrevistada por Santiago del Campo, El Mercurio (1953). Santiago de Chile
PERIODISTA
“¿Ha publicado usted algo últimamente?
-No. Nada. Excepto artículos para periódico. Ríase usted: hago ahora periodismo intenso. Seis artículos al mes. Escribo para La Nación de Buenos Aires, para el ABC de Madrid, para El Universal de Caracas y para otros periódicos latinoamericanos que tienen solo derecho de reproducción de mis correspondencias. Los artículos que escribo para La Nación de Buenos Aires y para el ABC de Madrid son exclusivos. No puedo bajo ninguna forma disponer de ellos.”
Gabriela entrevistada por Armando Zegri, Diario del Pueblo (1931). El Salvador
PRO INDÍGENA
“Yo conservo el rencor de la conquista. Mis amigos me encuentran por ello anacrónica. Pero no puedo remediarlo.” Y me citó dos libros de historia americana, uno pro indígena, muy mal escrito; otro de gran estilo, pro hispánico. “Para saber la verdad, hay que leer el que está mal escrito”
Gabriela entrevistada por Salvador Novo, Novedades (1948). México
Textos: Moneda Dura, de Cecilia García Huidobro
Rodrigo Marcone
Corporación LatiSUR30