Chile ha activado el concepto de inclusión en los últimos años, habilitando leyes y políticas que permean derechos civiles en ámbitos tan diversos como el matrimonio, el trabajo y la educación, y abriendo nuevas oportunidades para las jóvenes generaciones que hoy crecen en nuestro territorio.
Precisamente esta mirada inclusiva, ha cobrado valor en los espacios científicos e investigativos, dando vida al concepto de “astronomía inclusiva”, que busca incorporar de forma efectiva a las minorías hasta ahora menos representadas en la astronomía chilena, país que según las proyecciones concentrará cerca del 70% de la infraestructura astronómica del mundo hacia el año 2025, incluyendo una amplia red de observatorios.
El desafío entonces es iniciar un cambio cultural desde las bases de la sociedad, promoviendo roles positivos de mujeres chilenas dedicadas a las ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (carreras STEM), en el campo astronómico. Humanizar las ciencias exactas y posicionarlas como una alternativa válida de desarrollo profesional futuro entre las niñas, generando espacios para socializar experiencias, despertar los sentidos y las vocaciones, compartir testimonios vivos de las distintas disciplinas que conviven en la astronomía, es el primer paso.
Del mismo modo, es muy importante incluir a las etnias, de modo que la astronomía se enriquezca con diversas cosmovisiones, como es el caso de iniciativas de intercambio escolar entre comunidades vecinas a los observatorios de San Pedro de Atacama en Chile o de Magdalena (Nuevo México) en Estados Unidos, vinculando experiencias de alumnas con identidad atacameña y navaja.
Asimismo, es preciso incluir a personas con capacidades diversas a nivel físico y cognitivo, colaborando en la configuración de un ecosistema valorado en los espacios de estudio y observación astronómica, diversificando los perfiles laborales y abriendo oportunidades a personas en situación de discapacidad. Hoy en día, desde la lengua de señas en charlas motivacionales, hasta la adaptación de las instalaciones astronómicas en cuanto a accesibilidad, se están gestando cambios necesarios para avanzar en inclusión.
La sociedad chilena vive una metamorfosis que marcha hacia la equidad, la diversidad y la inclusión, un momento de cambios positivos que esperamos impacten no solo a las ciencias astronómicas, sino a la educación primaria, secundaria, técnica y profesional, y que impulsen futuras políticas públicas de inclusión. El universo es un campo inagotable de aprendizaje y conocimiento de acceso democrático, donde hay cabida para todos y que necesita de múltiples miradas y mentes para sacar el mejor provecho de las observaciones que se realizan desde Chile, privilegiado laboratorio natural.
Por Paulina Bocaz, representante en Chile de Associated Universities, Inc. (AUI) y del Observatorio Radioastronómico Nacional de Estados Unidos (NRAO), socio norteamericano de Observatorio ALMA.