Según una encuesta llevada a cabo por la UC y Caja Los Andes, el 32% de los adultos mayores tienen una vida sexual activa. La sexualidad en la adultez mayor tiene beneficios y cobra relevancia por la expresión de afectos y el sentimiento de intimidad.
De a poco en Chile se comienza a pensar que la vejez no es sólo limitación, sino también plenitud sexual. Si bien suele creerse que con el paso del tiempo se va perdiendo el interés en el sexo, de acuerdo a la IV Encuesta de Calidad de Vida en la Vejez, desarrollada por la UC y Caja Los Andes, el 32% de los adultos mayores declaran abiertamente tener una vida sexual activa.
Dentro de este grupo, los adultos mayores casados tienen menos vida sexual (52%) que quienes conviven con su pareja (62%) y sólo un 7% de los que viven solos reconoció tener vida sexual.
“Esto se podría deber a un factor que no es exclusivo de la adultez mayor, sino que es transversal a todo rango etario, como lo es la sensación de costumbre y de rutina. Pero es un punto para seguir profundizando, ya que no hay una única respuesta.”, explica Felipe Gianini, psicólogo del Centro Integral del Adulto Mayor en Maipú de Caja Los Andes, donde se imparten cursos sobre la sexualidad en este grupo etario.
El estudio ha permitido conocer el comportamiento de los seniors en Chile respecto a cómo viven su sexualidad en los años dorados. En cuanto a la relevancia que tiene la actividad sexual en sus vidas, el 65% de los adultos mayores declaró que sigue siendo muy importante. Sin embargo, dentro de este grupo el 48% considera la vida sexual importante, pero no tanto como en la juventud. Sólo el 17% cree que es tan importante como en esos años.
La sexualidad forma parte de la vida en todas las edades, y en la tercera edad concibe vital importancia la relación interpersonal y no sólo el contacto genital. Es por ello que debemos prestar especial atención a aquellos factores que indicarían una pérdida de interés en la vida sexual después de cierta edad.
Cabe destacar que, dentro de los encuestados, las mujeres (45%), los mayores de 75 años (52%) y las personas con escolaridad básica o menor (42%), consideran menos importante la vida sexual en las personas mayores.
“Muchas veces el relegar la sexualidad a un segundo o tercer plano tiene que ver con una visión limitada sobre lo que se considera sexualidad, sin tomar en cuenta la expresión de afectos, la sensación de compañerismo y la búsqueda de bienestar emocional, creyendo que aquello no es parte de la vida sexual, siendo que sí lo es”, agrega Gianini.
La salud sexual en la tercera edad representa otro desafío para una sociedad que envejece. Para seguir viviendo una sexualidad plena hasta los últimos años de vida se requiere consciencia, prevención y llevar un estilo de vida activo y saludable en todo sentido, incorporando la alimentación saludable, actividad física y autocuidado.