Bbac es un proyecto apoyado por Corfo que detecta la presencia de contaminación bacteriana en el agua para consumo humano y evita que se propaguen enfermedades.
En el sector rural, el control bacteriológico del agua para consumo humano se realiza cada 30 o 60 días, dejando expuesta a una parte de la población a contraer enfermedades de origen hídrico durante el periodo sin control.
Para solucionar esta problemática nace Bbac (Busca Bacterias), un sistema que permite detectar en breve tiempo la presencia de bacterias en el agua para consumo humano y de esa forma evita que se propaguen enfermedades entéricas.
“Queremos disminuir la brecha entre el sector urbano y rural y que los usuarios puedan hacer de forma preventiva y con mayor frecuencia el control del agua que consumen. Es una voz de alerta para que no se propaguen enfermedades”, señala Pilar Honorato, Fundadora de Bbac.
Bbac está dirigido principalmente al sector rural y los cerca de dos mil comités de Agua Potable Rural (APR), como también a campamentos mineros y de obras, camiones aljibe y eventuales desarrollos productivos, como por ejemplo, la producción de quesos de cabra en zonas rurales.
“La idea es que en un día las personas sepan si el agua está o no contaminada y así tengan el control y puedan tomar decisiones, como no consumirla, clorarla para usarla desinfectada o contactarse con las autoridades pertinentes”, indica la Química Laboratorista e Ingeniera Civil en Gestión Industrial, que hace más de 10 años trabaja en la investigación y difusión de técnicas para el control de bacterias en el agua para consumo humano.
Actualmente la técnica utilizada por Bbac para detectar la presencia de bacterias en el agua para consumo humano es una normativa oficial de la República de Chile, que se declaró en el 2002 tras 10 años de trabajo. Dicho trabajo comenzó con la investigación financiada por el Centro Internacional de Investigación para el Desarrollo de Canadá (IDRC) en diez países y liderada por la Dra. en Ciencias Gabriela Castillo (actual mentora científica del proyecto Bbac), donde Pilar Honorato integró el equipo chileno de investigación, liderando la promulgación de la norma en Chile.
Los resultados de la investigación dieron con la técnica que hoy permite aplicar, de forma económica, muestras en terreno (no en laboratorios) y por cualquier persona obteniendo resultados en breve tiempo.
Cabe destacar que Bbac no reemplaza los actuales sistemas de control aplicados y exigidos por la autoridad (sujetos a la norma 409) sino que es un complemento para que durante el tiempo que pasa desde que toman las muestras y están listos los resultados (entre 30 y 60 días) los usuarios, principalmente de zonas rurales, puedan tener mayor control y prevenir posibles enfermedades.
El Kit Bbac consiste en una incubadora, frascos de muestreo o unidades experimentales, termómetro para controlar temperatura y materiales complementarios como guantes, delantal y cuaderno de registro. Además, incluye capacitaciones hasta la autonomía, es decir, instalar todas las capacidades para que los usuarios puedan tomar las muestras y así no dependan de nadie para poder tener un control permanente del agua que utilizan.