La psicóloga infanto-juvenil y Directora del Centro de Atención Psicológica de la Universidad de Santiago, Jade Ortiz, afirma que el acoso que habría recibido la estudiante del Nido de Águilas que se suicidó recientemente tiene un efecto más fuerte sobre la víctima, porque “afecta la vida pública de la víctima”, mientras que cuando no es por redes, “solo algunas personas se enteran de lo que sucedió”, señala.
Una estudiante del colegio Nido de Águilas, de 16 años, fue encontrada muerta en una cafetería la tarde de este martes, sin aparente acción por parte de terceros. Al respecto, la Policía de Investigaciones indaga la presunta existencia de cyberbullying como causa del eventual suicidio, luego que la comunidad del establecimiento comentara que la adolescente habría sufrido hostigamiento a través de las redes sociales.
Para la psicóloga infanto-juvenil y Directora del Centro de Atención Psicológica de la Universidad de Santiago, Jade Ortiz, la naturaleza del acoso que habría motivado el fallecimiento de la menor de edad es mucho más “devastador” para la víctima que el bullying que se realiza cara a cara.
“El cyberbullying mata toda tu vida pública. Es distinto porque cuando no es por redes, solo algunas personas saben lo que sucedió. En cambio, acá todos saben lo que te dicen y tiene un efecto dominó, porque se subentiende que la comunidad en silencio más la que se ríe avala esta situación, lo que significa que no hay lugar donde ir para la víctima”, señaló en entrevista con CNN Chile.
De acuerdo a la especialista, el principal factor que hace que el bullying afecte en mayor medida a quien lo padece es el contexto donde lo sufre, y no la naturaleza misma del acoso o los victimarios que lo producen. ¿Por qué? Porque “se interpreta que la comunidad que observa representa un apoyo social que, finalmente, termina validando este acoso”, explica.
Por otra parte, considera que sí es factible que una situación de bullying se configure en poco tiempo, como habría sido el caso de la estudiante del Nido de Águilas, dado que se trataba de una adolescente. “Por la etapa en que está, ya presenta un desarrollo frágil de su personalidad, debido a que es la emoción la que, en general, impera en su vida. Por lo tanto, la impulsividad es lo que hace más riesgosa la situación”, señala.
Finalmente, señala que los padres deben estar especialmente atentos a lo que les sucede a sus hijos por redes sociales, mediante una comunicación fluida que se cimiente en el tiempo, para generar confianza y credibilidad. A su juicio, ser altamente punitivo desincentivaría a los adolescentes a expresar lo que realmente les ocurre, por temor a ser castigados.
“El acoso es una conducta permanente que inhibe el proceso de desarrollo de la persona que lo padece, su autoestima. Esto puede llevar, obviamente, al suicidio”, advierte. “En la medida que las redes sociales van adquiriendo más importancia, se comienza a aceptar que se digan las cosas de una determinada manera”, concluye.