La especialista en salud pública y académica de la Universidad de Santiago, Dra. Angélica Verdugo, advierte el peligro que implica la presencia de un nuevo virus en el país: la gripe A-H3N2, que en Estados Unidos provocó ya la muerte de al menos 60 niños. Por eso, llama a la administración entrante a ampliar la dotación de camas, fortalecer la atención primaria y aumentar los recursos para implementar las medidas de prevención. “Se requiere que las nuevas autoridades se preocupen de un problema que va a afectar masivamente a la población, tal como ya ocurrió en el hemisferio norte”, asegura.
La seremi (S) de Salud de Tarapacá, Dolores Romero, confirmó el primer caso en Iquique de un paciente que contrajo el virus A-H3N2, denominado gripe australiana. La variante de la influenza tuvo un agresivo brote en Estados Unidos y cobró la vida de al menos 60 niños, lo que motivó al Ministerio de Salud a adelantar la campaña de vacunación. Así, el 14 de marzo comenzará la inoculación para niños entre seis meses y cinco años; embarazadas a partir de las 13 semanas de gestación; enfermos crónicos y adultos mayores de 65 años.
Al respecto, la especialista en salud pública y académica de la Universidad de Santiago de Chile, Dra. Angélica Verdugo, advierte que como la circulación de este virus no es común en el país, la población no cuenta con anticuerpos ni defensas contra la enfermedad. Por lo tanto, llama a vacunarse masivamente, tanto a quienes son parte de la campaña como al resto de las personas. Estas últimas pueden adquirir la preparación en farmacias, con el objetivo de prevenir el contagio.
“El Gobierno entrante tiene que preocuparse por ampliar la dotación de camas críticas, fortalecer la atención primaria y reforzar con recursos las medidas preventivas de atención”, sostiene la Dra. Verdugo. “Se requiere que las nuevas autoridades se preocupen de un problema que va a afectar masivamente a la población, tal como ocurrió en el hemisferio norte”, asegura.
La influenza A subtipo H3N2 es considerada una de las más letales “cepas estacionales”, la cual suele causar los peores brotes de influenza A y B que circulan en seres humanos. El virus es capaz de mutar muy rápido para burlar al sistema inmune, y sus síntomas pueden incluir fiebre, dolor muscular, dolor de cabeza, fatiga, tos, dolor de garganta, diarrea y náusea.
“Nosotros tuvimos una epidemia de influenza H1N1 en 2009”, continúa la especialista, “donde todas las medidas de atención, que fueron impresionantes en términos de recursos y movilización de personal, no fueron suficientes para la demanda de atención que hubo en ese momento. Es de esperar que este invierno no ocurra lo mismo”, advierte en alusión a los desafíos en la materia para las autoridades entrantes.
Finalmente, la especialista concluye que la principal preocupación es que lo que habitualmente ocurre en el hemisferio norte suele replicarse en Chile durante el invierno, por lo que insiste en la necesidad de que la población se vacune lo antes posible.