El especialista en historia mapuche y académico de la Universidad de Santiago, Fernando Pairican, si bien reconoce que el arribo del Sumo Pontífice a la región permitirá visibilizar internacionalmente las demandas de este pueblo originario, sostiene que terminar con la violencia es tarea netamente de los actores involucrados. “El Papa puede enviar un mensaje propositivo, pero las soluciones pasan por los agentes políticos que residen en el territorio”, afirma.
El Papa Francisco estará en Chile y entre los destinos de su itinerario se encuentra la ciudad de Temuco. Consultado sobre las motivaciones de la visita del Sumo Pontífice a la zona, el director ejecutivo de la Comisión Nacional de la visita, Javier Peralta, afirmó el año pasado que Jorge Bergoglio “se ha caracterizado por visitar lugares que tienen algún grado de problema o conflicto” y que “La Araucanía, por sus características y por lo que está pasando, se vuelve un lugar necesario para visitar”.
Para el historiador mapuche y académico de la Universidad de Santiago de Chile, Fernando Pairican, el arribo del Papa al país no marcará un antes y un después en el conflicto que vive la zona. “Dudo que la visita de Francisco sea un punto de ruptura de la historia de Chile y del pueblo mapuche. No creo que su arribo marque el inicio de una transformación absoluta en la agenda política del pueblo mapuche y del Estado”, sostiene.
Aunque el doctorando en Historia del plantel estatal reconoce que la visita del Papa sí servirá para visibilizar en el ámbito internacional la lucha de los pueblos originarios, cuestiona que en una visita de tres horas Bergoglio logre comprender la magnitud del problema. “El Papa puede enviar un mensaje propositivo, pero las soluciones pasan por los agentes políticos que residen en el territorio”, indica.
Por otra parte, aunque sostiene que la figura papal es relevante para los pueblos indígenas, como el mapuche, hace la salvedad de que “en la zona de la Araucanía prepondera el mundo evangélico. Por lo tanto, arribará a una comunidad que tiene distintas visiones sobre la espiritualidad”.
Finalmente, destaca que uno de los objetivos más importantes de Bergoglio en el país es monitorear el avance respecto de los problemas detectados en 1987 por el otrora pontífice Juan Pablo II.
“El Papa Francisco viene en la perspectiva de la historia de la iglesia, observando cuánto se ha avanzado respecto de ese recado que envió el Papa Juan Pablo II en 1987, en Temuco sobre el reconocimiento constitucional y sobre cómo revertir el racismo hacia los pueblos originarios”, concluye.