La iniciativa, financiada con recursos aprobados por el Consejo Regional por 3 millones 500 mil pesos, buscó acercar el deporte y promover el ejercicio de los derechos de niños y niñas de residencias colaboradoras del Sename.
Como todos los sábados, los niños y niñas de las residencias Hatary y Rimanakuy, dependientes del Hogar de Cristo y colaboradoras del Servicio Nacional de Menores (Sename), se trasladaron hasta la Avenida del Mar para aprender y disfrutar de la práctica del bodyboard.
A la orilla del mar se llevó a cabo la premiación del taller, que fue posible gracias a la adjudicación del proyecto “Clínica de bodyboard para niños y jóvenes: el mar como alternativa recreativa deportiva”, correspondiente a los fondos de Deporte del Gobierno Regional, por un monto de 3 millones 500 mil pesos.
La iniciativa, ejecutada por la escuela de surf y bodyboard Maiá-Kú, contempló 12 sesiones y benefició a 60 niños, niñas y jóvenes, tanto del sistema de protección como de justicia juvenil, quienes tuvieron clases diferenciadas los sábados en la mañana.
Durante la actividad, en la que estuvo presente el consejero regional Carlos Galleguillos y la directora regional del Sename, Verónica Zárate, se entregaron medallas y diplomas a los entusiastas participantes. Además, se destacó la labor de las educadoras de trato directo, quienes acompañaron a los niños y niñas durante sus clases en la playa.
Al término de la actividad, la directora regional del Sename hizo hincapié en el apoyo del Gobierno Regional para concretar este taller, “estamos muy contentos con el cierre de este proyecto, emociona mucho que los niños disfruten del bodyboard y del aire libre. Agradezco especialmente al Consejo Regional que nos apoyó con los recursos para esta iniciativa y también a la escuela Maiá-Kú, que tiene un espíritu social y de compromiso con los niños y niñas. Esperamos que se pueda dar continuidad al proyecto, porque le hace muy bien a los niños y favorece su desarrollo”.
En tanto, el consejero regional Carlos Galleguillos comprometió su apoyo para que la iniciativa se siga ejecutando. “Más allá de todo lo que realiza el Consejo Regional, de preocuparse de infraestructura y de grandes obras, también tenemos que preocuparnos de los niños y niñas. Lo que me tocó vivir en el cierre del proyecto da cuenta de un trabajo serio y una preocupación del Gobierno por restituir los derechos de quienes se encuentran en sistema residencial. Me comprometo para que otros consejeros puedan aportar en que este proyecto se siga ejecutando. Cuando levantamos la mano los 16 consejeros quizás no todos visualizan lo mucho que se puede hacer con iniciativas como éstas”, recalcó.
