“La oferta de los tres candidatos con mayor porcentaje de intención de voto es bastante pobre”, indicó el director del Centro de Economía y Política Regional de la Universidad Adolfo Ibáñez, durante una charla realizada en la UCN.
En el marco de la charla “De cara a las elecciones presidenciales: Expectativas económicas, políticas y regionales para el 2018”, iniciativa organizada por la Escuela de Ciencias Empresariales de la Universidad Católica del Norte, el especialista Patricio Aroca, director del Centro de Economía y Política Regional de la Universidad Adolfo Ibáñez, se refirió a los programas de gobierno de los tres candidatos con mayor porcentaje de intención de votos y las implicancias que podrían tener para el desarrollo de las regiones en Chile.
Al respecto, el experto señaló que “la oferta que hay en los tres candidatos es bastante pobre”. De acuerdo a lo que indicó Aroca, Alejandro Guiller, por ejemplo, “tiene un plan de descentralización pero aún no incorpora la idea de que la economía chilena es una economía de mercado, por lo tanto, si quieres hacer una descentralización que va por fuera de éste tendrá poco impacto”.
En el caso de Sebastián Piñera, el investigador sostuvo que “propone más infraestructura para las regiones, sin embargo, cuando se mira el gasto presupuestario, uno ve que se van a construir más líneas para el tren metropolitano, lo que se llevaría una parte muy importante del dinero que tiene el gobierno para inversión, por lo tanto, uno no esperaría que hayan cambios significativos en el crecimiento de las regiones”.
Por otro lado, Aroca indicó que si bien Beatriz Sánchez “propone un gasto social más orientado a las regiones y busca reducir los problemas de las personas de menos recursos, tampoco hace un cambio significativo en cuanto a desigualdad territorial existente hasta ahora”.
Para el investigador, en ninguna de las tres propuestas se ha considerado cambiar los llamados “precios relativos”, es decir, que sea más económico vivir en regiones que en Santiago. “¿Cómo hacemos esto? A través de impuestos y subsidios, o bien impuestos diferenciados. Por ejemplo, subir el precio de las contribuciones para quienes se quieran localizar en Santiago pero las bajamos para las regiones. Probablemente más personas se desplazarían hacia ellas, lo que generaría un aumento de la demanda y comenzarían a crecer”, explicó.
Finalmente, el director del Centro de Economía y Política Regional de la Universidad Adolfo Ibáñez concluyó “lo que uno espera es que en algún momento un gobierno diga: vamos a parar el crecimiento de Santiago para que otras partes del país también crezcan, se desarrollen y aprovechan las oportunidades que tienen, y además, generen oportunidades para sus habitantes”.
