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Dominga: El costo del desarrollo

La oposición política al gobierno y sectores de empresarios acusan que la decisión del Comité de Ministros sobre el rechazo al proyecto Minero Portuario Dominga fue “político”. Otros la calificando imprudente o de decisión antojadiza y de estar contra el crecimiento y el empleo. Sin embargo en este discurso no se esgrimen los factores ambientales los que son el sentido y razón de los problemas que Andes Iron construyó.

La ingeniería comunicacional y de gestión que se ha hecho en este proyecto ha venido realizándose con error tras error. Lo primero que se debe tener presente es que el proyecto minero portuario nació contaminado por cuestionamientos y roces entre negocios y política y no fue precisamente con los sectores del “gobierno” actual, sino en el mandato del ex presidente Piñera, en donde empresarios y funcionarios de su confianza formaron parte de este proyecto o se vincularon de manera indebida, como es el caso del ex sub secretario de minería y de autoridades regionales de Coquimbo de la época que constan en archivos.

Si un proyecto nace con esta “contaminación política”, lo razonable es que la empresa haya hecho un giro en su estrategia y tácticas; sin embargo imprimió más fuerza a esa línea de trabajo creyendo que era el camino correcto. Pero se equivocaron. Perseveraron en el diseño de alianzas torpes, mensajes equívocos y con una actitud un poco soberbia se mantuvieron en el filo de lo ético y lo razonable.

Es así que acusar de politización la decisión del Consejo de Ministros suena a lo menos patético. La estrategia seguida por Andes Iron ha tenido una alta connotación política partidista, tocó las esferas del poder de manera directa, involucró a actores regionales y nacionales en la discusión desde una perspectiva partidaria y evidenció las descarnadas dimensiones a los que puede llegar el lobby desatado y poco astuto.

Andes Iron afianzó su estrategia en la línea política en todas sus acciones. En un punto y tiempo que requiere a lo menos una alta dosis de cinismo político o silencio para prosperar, Andes Iron tomó el desvío equivocado directo a la zona de restricciones, baches, lomos de toro y barreras.

No podría asegurar el tipo de conversaciones ni el costo que tuvieron con el mundo DC como una vía de salida, tampoco podría adivinar las relaciones directas con la actual oposición, sin embargo el diseño fue una estrategia de alta exposición pública, conflictiva y de un relato más amenazador que amigable. Fueron actores confrontacionales y agresivos…y lo siguen siendo.

La Feria Laboral y Exposición pública del proyecto, por ejemplo, fue una acción insólita y que hizo reaccionar a congresistas y movimientos ambientales, lo que fue una verdadera caja de resonancia alertando al mundo político que efectivamente toma las decisiones.

Sin duda alguna a Andes Iron le queda un camino; dosificar el lenguaje y la estrategia, con tácticas más razonables, asumiendo su responsabilidad en la presentación del proyecto y haciéndose cargo de los cuestionamientos ambientales para alcanzar una solución que salvaguarde el patrimonio natural y la ecología, ya sea revisando el proyecto y replantearlo, ser quizás menos ambiciosos con el tamaño del proyecto y acordarse que meterse en el mundo político partidista significa asumir las pérdidas. El otro camino, que creo es en el que están pensando, es esperar el próximo eventual gobierno de Piñera dado que allí están las apuestas y los apoyos… sin embargo, ahí habrá otro escenario, quizás más cruento que el actual por la reacción que tomaría la ciudadanía, transformándolo en una plataforma derechamente política, partidista y con mayor fuerza ciudadana.

La estrategia comunitaria y comunicacional de Dominga ha sido quizás el factor que profundizó sus errores y ha hecho tomar partido a la comunidad nacional, pues las razones de la salida de los ministros de Hacienda y Economía han sido muy potentes y dejaron establecido el modelo de desarrollo que debe tomar nuestro país, apostando por una economía más diversificada, moderna y sustentable. El desarrollo de un país y una región no significa hipotecar el medio ambiente, muy por el contrario, significa cambiar el chip del modelo de país que queremos. No sólo de minería vive chile.

Orlando Alfonso Olave | @oaolave

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