Esta semana se conmemoró el Día Contra la Explotación Sexual de Niños, Niñas y Adolescente, violación severa de los derechos humanos, pues constituye una forma de explotación de las personas asimilable a la esclavitud y al trabajo forzoso, con graves consecuencias para las víctimas.
Aunque es difícil determinar la cifra exacta, debido a las complejidades de detección de casos, se estima que el total de niños, niñas y adolescentes víctimas de explotación sexual en Chile son alrededor de 4 mil. En el año 2015 ingresaron 499 a la red de protección del Sename, derivados por los Tribunales de Familia, por ser víctimas de explotación sexual en alguna de sus formas, como son la utilización en actividades sexuales remuneradas, en espectáculos sexuales, en turismo sexual, en producción de pornografía, etc.
De ese total, la mayoría de las víctimas son de género femenino y la edad es cada vez menor, ejemplo de ello es que en el año 2014 los ingresos partían en el rango de 6 a 7 años, mientras que en el 2015, los ingresos por explotación sexual incluyeron niños y niñas en el rango de 1 a 3 años; sin embargo, los casos se siguen concentrando principalmente entre los 14 y 17 años.
Para atender estas vulneraciones en la región se realiza un trabajo intersectorial entre Gobierno, Policías y organismos colaboradores, como es el Programa de Protección Especializada EVEN, que actualmente atiende 57 niños, niñas y adolescentes, de los cuales el 47% son utilizados en actividades sexuales remuneradas, un 28,1% son o fueron víctima de trata con fines de explotación sexual comercial, un 21,1% fueron ingresados por utilización para producción, promoción y divulgación de pornografía y un 3,5% responde a otras causales de ingreso.
Este programa entrega apoyo legal e intervención psicológica y social, que abarcan ámbitos de salud, educación y capacitación laboral, contemplando la atención de la víctima y de su grupo familiar y se engloba en la política de protección de los derechos que la Presidenta Bachelet ha impulsado para Chile.
Debemos tomar parte como sociedad en la eliminación de esta grave vulneración, muchos de esos niños y adolescentes no son capaces de entender, por su edad, que esto tiene repercusiones devastadoras para su vida, pues hay una multicausalidad que conjuga factores económicos, culturales, psicológicos, sociales, familiares y afectivos.
Carlos Galleguillos Carvajal
Secretario Regional Ministerial de Justicia y Derechos Humanos
Región de Coquimbo
