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Columna de Opinión Don Renán

El filósofo Baruch Spinoza señala, en una parte de su obra “ética demostrada según el orden geométrico”, que: “más poderoso es el sabio que el ignaro”. Con ello trata de explicar la potencia de la razón y como ella mueve al ser humano a concebir una norma recta de vida, unos principios seguros y una aplicación práctica de ellos a los casos particulares que a diario se nos presentan.

He querido tomar estas palabras para graficar la percepción, que por las circunstancias de la vida, me ha correspondido percibir de la figura de don Renán Fuentealba Moena, que en este abril cumple 100 años de vida. Es que cuando se piensa en describir a Don Renán, sin duda, afloran una serie de características y momentos que dan suficiente cuenta de su entereza y capacidad para asumir en los diversos episodios de su vida personal y publica, decisiones que son expresión de esa moralidad, claridad e inteligencia que tanto se extraña por nuestros tiempos.

Don Renán no sólo es el hombre de Derecho, el congresista, el intendente o padre de familia. Detrás de sus relevantes y determinantes roles se encuentra la persona capaz de expresar con nitidez sus ideas y concepciones y, por cierto, a través de ella, lo virtuoso de su ser.

Así por ejemplo, en su memoria para acceder al grado de licenciado en ciencias jurídicas, utilizando aquello que hoy denominamos un neologismo: “el accionariado obrero”, reflexiona, desde las influencias del catolicismo social, respecto a la necesidad de acercarnos a una “revolución espiritual” y a través de ello avanzar como sociedad al ideal de paz social y justicia en las relaciones laborales. Debate absolutamente vigente.

El coraje con el que en tiempos de violencia, muerte, y atropellos a la dignidad de las personas, le permitió sacar la voz para defender la democracia y el orden jurídico constitucional, condenando el golpe de Estado y tomando valiente distancia de aquellos que no supieron distinguir los efectos de sus actos, es quizás, una de las muestras más emblemáticas de un ser humano íntegro y consecuente.

Un visionario para detectar y enfrentar con políticas públicas y obras de infraestructura los problemas propios de nuestros tiempos como la escasez del agua. Con estampa de autoridad puso a esta región en un lugar de relevancia y afianzó la confianza ciudadana en la labor pública.

Don Renán, de humor ingenioso, responsable y recto en los asuntos público, respetuoso de sus adversarios. Con su carácter ha tenido inigualables logros, por cierto, también hubo troncos que jamás pudo enderezar, pero su sabia lucidez y la correcta aplicación de la razón a lo largo de sus casi 100 años de vida, sin duda, lo hacen un ser virtuoso y digno de admiración.

Carlos Galleguillos Carvajal
Abogado
Secretario Regional Ministerial de Justicia y Derechos Humanos
Región de Coquimbo

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