InicioEmprendedoresEsencias del Valle: Un ejemplo de asociatividad y perseverancia

Esencias del Valle: Un ejemplo de asociatividad y perseverancia

Desde hace más de 20 años, Fundación PRODEMU, a través de su Programa de Formación y Capacitación para Mujeres Campesinas, apoya a las mujeres de zonas rurales, capacitando anualmente alrededor de 3.000 participantes a lo largo del país.

Responsabilidad, trabajo en equipo, perseverancia, pero sobre todo asociatividad, es lo que ha permitido que la agrupación de emprendedoras Esencias del Valle, de la localidad de Algarrobito, permanezca en el tiempo, tras haber pasado más de dos años desde que egresaron del Programa de Formación y Capacitación para Mujeres Campesinas, ejecutado por la Fundación para la Promoción y Desarrollo de la Mujer, Prodemu en conjunto con el Instituto de Desarrollo Agropecuario, Indap.

Esencias del Valle, es una agrupación conformada por seis emprendedoras del pueblo de Algarrobito, quienes en el año 2012, tras enterarse del programa por medio de la iglesia de la zona, decidieron postular y embarcarse en su emprendimiento, dedicado a hierbas medicinales, aromáticas y stevia. María Olivares, presidenta de la agrupación, comenta que “me entusiasme desde el principio porque me gustan las plantas, entusiasme a mi compañera que también trabaja en la parroquia con catequesis y nos embarcamos en esto. Empezamos a invitar más personas que conocíamos y que fueran responsables”, señala.

En sus inicios, este grupo de mujeres comenzó su emprendimiento con plantas medicinales que tenía cada una en sus hogares. Trabajaron el terreno, donde actualmente se encuentra el invernadero, que ellas mismas levantaron, limpiando y cortando árboles. Herminia Araya, tesorera de Esencias del Valle, señala que “el invernadero en un principio se iba a hacer en la iglesia, pero teníamos que pedir autorización al párroco, que se encontraba de vacaciones, así que ofrecí mi terreno, pero tuvimos que limpiarlo, porque en ese entonces yo tenía muchos árboles”.

Estas mujeres decidieron emprender en este rubro, basándose en el concepto de volver a lo natural, que estaba en pleno auge en el período en que ellas comenzaron a emprender. Olivares señala que “en primera instancia pensamos en cultivar flores, pero había muchos emprendedores que se dedicaban a ese rubro en otras localidades, así que optamos por hierbas medicinales, como una forma de volver a al pasado, donde antiguamente las personas se medicaban a base de hierbas y pensamos que podía ser útil continuar con eso”.

María Montenegro, integrante de Esencias del Valle, agregó que hoy en día las personas más jóvenes se están interesando cada vez más en el tema, “lo hemos notado en las ferias en las que hemos participado, hay mucha juventud que compra estas plantas, que viven en departamentos y nos hacen consultas y compran sus plantitas”.

Programa de Formación y Capacitación para Mujeres Campesinas

El Programa de Formación y Capacitación para Mujeres Campesinas, capacita durante tres años a mujeres con formaciones que abordan el desarrollo personal, organizacional, técnicas de manejo y gestión del sector en el que ellas eligen producir. El objetivo central de este programa es contribuir a mejorar la calidad de vida de las mujeres provenientes de familias rurales, participantes actuales o potenciales de los programas del Indap.

Al respecto, Carla Miranda, Directora Regional de Fundación Prodemu, indicó que “este programa les entregó las herramientas necesarias para crear una unidad productiva, que en este caso fue la producción de stevia y hierbas aromáticas y medicinales”.

Miranda agregó que “hoy en día, luego de haber culminado el proceso en el año 2014, continúan juntas, trabajando de manera colectiva, participando en distintas ferias, son grandes mujeres emprendedoras que han perseverado, abriéndose camino y postulando a diversas instancias para fortalecer al grupo”.

En relación a las capacitaciones técnicas recibidas, Olivares señala que el apoyo fue fundamental, “en nuestras casas tenemos variedad de plantas, pero no sabíamos por ejemplo qué productos utilizar cuando les entraba una plaga, le echábamos lo que podíamos o teníamos a mano, pero con estas formaciones nos asesoramos en ese tema y aún seguimos en contacto con esas personas que nos ayudan en aspectos que no manejamos bien”, indicó Olivares.

Al respecto, Araya agregó que “toda la formación entregada nos sirvió, como desarrollo personal, donde el apoyo de un profesional nos ayudó mucho, porque todas nos conocíamos, pero nos enseñaron a estar en un grupo, compartir y decir las cosas. También en el tema de gestión, donde nos enseñaron a sacar el valor agregado, costo y ganancia, entre otros temas, que son fundamentales a la hora de emprender”.

Una de las principales características de este tipo de proyectos es la asociatividad, la capacidad para complementarse colectivamente buscando el beneficio común. De forma que los grupos de mujeres que trabajan en equipo, se coordinan y capacitan para levantar una unidad productiva, aspecto que sin duda ha contribuido a que este emprendimiento perdure en el tiempo.

En relación a ello, Araya comenta que “el hecho de trabajar de forma asociada ayuda a tener una producción, porque una asume una responsabilidad y tiene que seguirla. En algunos momentos nos desanimamos, pero estamos embarcadas en esto y hay que seguir o las cosas se van a perder y no es la idea”.

En esa misma línea, destacan que el hecho de trabajar en forma conjunta las ha fortalecido como emprendedoras, pero sobre todo como mujeres. Al respecto, Olivares señaló que “si hubiésemos trabajado de forma individual, quizás no hubiésemos perdurado en el tiempo, hubiésemos dejado en el camino el emprendimiento. En cambio en grupo, si una se desanima, la otra le tiene que dar ánimo, seguir insistiendo, animarla a que siga yendo”.

En relación a ello, Rojas agrega qué “es bonito trabajar en grupo, porque una conoce a las personas y aprende a comunicarse con las demás. Nos permite no solo emprender, sino que tener otro desarrollo como personas”.

Finalmente, otro de los aspectos que según Esencias del Valle las ha ayudado a permanecer juntas, es el hecho de tener claro el proyecto desde un inicio. Nelly Rojas, miembro de la agrupación, fue categórica al señalar que “se planteó desde un principio que no se iba a tener dinero de inmediato, que las ganancias se iban a volver a invertir en el mismo invernadero. Hay muchas emprendedoras que entran al proyecto con la visión de que van a producir y tener ganancias de inmediato para ellas y no es así”.

Financiamiento

Para poder concretar el emprendimiento en el que hoy en día con tanto orgullo desarrollan, Esencias del Valle recibió financiamiento por parte de varias instituciones. En primera instancia, gracias al Programa de Formación y Capacitación para Mujeres Campesinas, recibieron dos millones 400 mil pesos, dinero que utilizaron para la compra de plástico y madera para la instalación del invernadero. Al siguiente año del programa, les otorgaron un millón 600 mil pesos, para la construcción de la sala de proceso y envasado de productos y la compra de tierra. Finalmente, ya en su tercer año recibieron 300 mil pesos.

Una vez finalizado el Programa de Formación y Capacitación para Mujeres Campesinas, este grupo de emprendedoras postuló a un proyecto del Fondo de Solidaridad e Inversión Social, Fosis, el cual ganaron y obtuvieron por parte de la Institución 7 millones de pesos. Al respecto, Olivares señala que “nos tomamos la noticia entre contentas y preocupadas, porque teníamos que ver en qué teníamos que invertir, teníamos que apurarnos, porque había que rendir mensualmente, entonces teníamos que ver qué podíamos hacer con tanto dinero”.
Araya agregó que “con los 7 millones pudimos comprar más cosas que necesitábamos, como los deshidratadores solares, juguera semi industrial para moler stevia, impresora láser, cortadora, material de oficina, entre otros insumos”.

Con respecto al proyecto ganado por Esencias del Valle, Sergio Llanos, Director Regional de Fosis, señaló que “en el momento de la evaluación de los proyectos, nos dimos cuenta que efectivamente era una idea muy bien trabajada y cumplía con los requisitos técnicos que nosotros solicitamos, pero además contemplaba muchos elementos que se consideraban de calidad, elementos externos que lo hacían bastante viable en lo técnico y en lo operacional”.

Llanos agregó que “el trabajo que hicimos con ellas tuvo un tremendo éxito, son un grupo bastante organizado de mujeres emprendedoras, que consideraban que la entrega de financiamiento y el apoyo que le brindamos, era lo esencial que necesitaban para salir adelante. En definitiva estaban constituidas muy bien, tenían un proceso anterior que les significo ser muy potentes en términos organizacional, por lo tanto fue un éxito”.

Fundación Prodemu, a través de su Programa de Formación y Capacitación para Mujeres Campesinas, se transforma en una puerta para el emprendimiento femenino, entregando habilidades técnicas y herramientas, para que mujeres puedan iniciar y sostener la producción de rubros como Apicultura, Artesanías, Producción Avícola, Conservería, Flores y Ornamentales, Frutales menores y Hortalizas.

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