Orlando Alfonso Olave
El consumo es lo que mueve al mundo y la publicidad es la que propicia el crecimiento al vitalizar la coexistencia de la oferta y la demanda. Si las personas son los principales agentes del mercado, la publicidad es su nexo que nos hace creer que en la propiedad de las cosas, encontraremos la satisfacción, más allá de lo que realmente necesitamos.
La publicidad y sus múltiples estrategias son un fuerte aliciente para el desarrollo y la innovación y paradójicamente, como para poner al límite al sujeto humano, profundizando en sus contradicciones en la búsqueda de la felicidad. En algún sentido somos sujetos vulnerables a los efectos de la publicidad que cada día perfecciona sus estrategias y su capacidad de seducción, para crearnos mundos paralelos. Es lo que hay.
Sin embargo, sabemos que la felicidad es un estado que no depende del tener ni de las cosas, sino que de la visión que nos hemos formado de éstas. Es la cultura, el conocimiento y la dimensión valórica la que diseña los límites que nos permiten discriminar y controlar los mensajes hipnotizadores de la publicidad y de las cosas vanas. La felicidad depende más de la capacidad de desprenderse de las cosas y no precisamente de su posesión.
La publicidad función de la publicidad es inducir el consumo y hacer que la economía apalanque los valores superiores, los permita; y por lo tanto nos permite acceder a bienes que no necesariamente nos hacen más felices, pero generan trabajo, crecimiento y desarrollo. La publicidad es motor y guía del mercado y evidencia el estado de la economía.
En épocas de crisis algunas empresas paralizan sus inversiones en publicidad y marketing, dejando al mercado en una suerte de estado de somnolencia. ¿Para qué invertir en publicidad si no hay circulante?, parece ser la interrogante. Sin embargo, la historia del marketing ha demostrado que estas son las mejores épocas para posicionar marcas y productos, ya que las buenas estrategias logran diseñar y representar en el mercado las expectativas concretas y los sueños o sublimación de las cosa a través de las marcas. Las marcas son símbolos, códigos o conceptos que se transforman en parte de las aspiraciones de la gente, precisamente en periodos de ciertos niveles de incertidumbre.
Hoy, la multiplicidad de medios, técnicas y estrategias son más invasoras de la privacidad de la gente. El marketing está desarrollando una nueva cultura y relación con el consumidor producto de las tecnologías de las comunicaciones. La relación hoy es menos pudorosa, creando una complicidad mucho más natural entre la marca, los productos y el sujeto humano que transforman radicalmente sus hábitos y tendencias. La gestión de marca tiene hoy más herramientas y espacios para su desarrollo.
Hoy en día, las redes sociales permiten acercar más directamente el mensaje al consumidor, dado que el internet es una red que está capturando segundo a segundo tus preferencias, ya conoce tus gustos y le permite enfocarse en tus aspiraciones más íntimas. Sin embargo el asunto no es tan fácil, pues todo dependerá del factor más caro y escaso del mercado; la creatividad y la capacidad de entender las tendencias de los consumidores. La publicidad nos mueve; a mover las ideas para este nuevo año que viene aún más complejo.
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