La actividad forma parte de las terapias que busca contribuir a mejorar la calidad de vida de las personas que fueron víctima de la dictadura.
Más de 40 creaciones de telares se expusieron durante toda una jornada en las dependencias de Prais, en la comuna de Coquimbo.
Se trata de productos que fueron tejidos por las usuarias del Programa de Reparación Integral de Salud y Derechos Humanos (PRAIS), que atiende a personas que fueron víctimas de la represión política durante el periodo del gobierno Militar.
Silvana Barrientos relata que nunca imaginó que a sus 62 años lograría encontrar una terapia que le permitiese superar su depresión y estados de angustia. “Fue muy gratificante volver a tener las fuerzas para decirle al mundo que aún estoy viva. En cada una de mis creaciones me fui despojando de este sentimiento de tristeza”.
Aida Silva, otra de las beneficiarias del programa, comenta que participar del curso le significó recuperar las fuerzas para volver a sonreír. “Fui capaz de desarrollar un arte que nunca imaginé que estaba en mí. Si bien comenzamos este curso de forma temerosa, pero terminamos viviendo un periodo muy feliz”.
Pablo Rivera, encargado del programa, señala que esta actividad tiene por objetivo promover una mejoría en la salud mental y física de los pacientes a través de la realización de diferentes talleres, donde el trabajo colectivo e individual entrega un espacio de encuentro.
“El taller forma parte de las actividades que realiza el programa durante todo el año, para contribuir en la reparación integral de las personas. El trabajo realizado ha permitido que las pacientes a través de sus creaciones expresen sentimientos profundos de experiencias traumáticas”, indicó.
Junto con ello el profesional resaltó que el intercambio de experiencias “en estos espacios de profundo respeto, les ha permitido sentirse acompañadas en sus dolores y se ha generado una empatía y compromiso con el otro, que es difícil describir en palabras”.
Desde 1993, que PRAIS funciona en la Región de Coquimbo y registra cerca de 39 mil beneficiarios, considerando personas que fueron víctimas directas de represión y/o tortura debidamente acreditados previa evaluación del equipo regional del programa.
Éste busca contribuir a mejorar la calidad de vida de las personas, tratar las patologías o secuelas físicas y psicológicas en los pacientes que vivenciaron hechos de violación de sus derechos, así como a contribuir a generar una cultura de respeto a los Derechos Humanos.