Miles fueron los peregrinos que llegaron a saludar a la Virgen de Andacollo.
Con una Basílica Menor colmada de fieles, se dio vida a la Eucaristía Solemne que se lleva a cabo durante la Fiesta Grande.
Al inicio de la celebración, luego del saludo a la Sagrada Imagen por parte del Pastor Arquidiocesano y del Segundo Cacique, Horacio Rojas, don Jaime Guerrero, recién electo como Cacique General de los Bailes Religiosos de Andacollo, realizó su juramento y fue investido en este servicio, que tiene como objetivo guiar el camino de las tradicionales agrupaciones que año a año visitan el Santuario de la comuna minera en la región de Coquimbo.
Cabe destacar, que los signos durante la santa Misa estuvieron marcados por la participación de Migrantes, quienes llevaron hasta el Altar el Evangeliario y participaron activamente de todas las actividades de la fiesta.
“Compartimos con los Migrantes una misma fe”
Durante su homilía, el Arzobispo destacó que existe una “comunión hermosa que se produce en este día, con la participación de peregrinos que llegan hasta este Santuario desde todos los puntos de la Arquidiócesis de La Serena, de las diócesis vecinas, hasta lugares lejanos y también del extranjero”.
Finalmente manifestó que “la peregrinación que hemos realizado en esta jornada hasta este lugar de gracia y bendición, sin duda, nos ha recordado a cada uno nuestra condición de peregrinos. Chile, nuestra patria querida, es un país maravilloso. Cuanto tenemos que agradecerle al Señor por ello. Sin embargo, aun en toda su belleza, esta no es nuestra patria definitiva. Caminar, peregrinar, subir hasta el Santuario nos recuerda y nos hace presente que juntos, como una sola familia, nos encaminamos día tras día a la patria definitiva. Junto con nosotros van nuestros queridos hermanos migrantes, procedentes de otras latitudes”.
A lo anterior agregó: “acojamos a los migrantes, como verdaderos hermanos. Manifestémosle gratitud por su venida hasta nosotros, por los dones con que nos enriquecen, por el aporte que significa su presencia en nuestro medio. Hoy rogamos por ellos, para que la nostalgia del alejamiento de la propia patria y de sus seres queridos sea más llevadera. Que Dios los bendiga y cuanto hagamos para integrarlos a nuestras comunidades y compartir con ellos una misma fe y esperanza”.