La especialista de la Universidad de Santiago, Carmen Norambuena, afirma que la normativa actual contempla restricciones suficientes para la entrada ilegal de inmigrantes, por lo que desestima la necesidad de políticas más estrictas, como busca proponer la oposición. “Son muchas más las personas que ingresan por trabajo y para aportar a este país que quienes entran de forma irregular”, subraya.
“Las modificaciones a la normativa que han apuntado a desincentivar la posibilidad de venir a Chile hay que evaluarlas con mucho cuidado”, advierte la académica.
Esta semana, Chile Vamos creó una comisión temática que buscará presentar propuestas que consideren mayores restricciones para que la población extranjera pueda ingresar al país y regular su permanencia. Sobre este tema, el ex Presidente Sebastián Piñera, sostuvo que “los chilenos tenemos que tener meridianamente claro que es muy ingenuo y estúpido tener una política de migración que termina importando males como la delincuencia, el narcotráfico, el crimen organizado”.
Para la especialista en migración de la Universidad de Santiago, Carmen Norambuena, “con la normativa que tiene Chile para el ingreso, es suficiente”. Esto, ya que “esa normativa de 1975 no solo es restrictiva, sino que incorpora factores políticos, donde se sanciona a la gente por tener pensamientos que puedan atentar contra la soberanía y la seguridad nacional. Desde esa fecha hasta ahora, el tema de la seguridad es algo que ha cambiado mucho su punto de vista militar”.
Para la directora del Centro de Estudios Migratorios del plantel estatal, la ley de migraciones debe actualizarse con un enfoque “humanitario”. Es decir, “una legislación que favorezca la llegada y recepción como corresponde de personas que ingresan al país, porque si ingresan regularmente, debemos estar preparados para recibirlos desde el punto de vista de la educación, de la salud y de la regularización de sus papeles”.
La investigadora, que ha participado de investigaciones sobre inmigrantes en el sistema educacional chileno y la política migratoria en el país, sostiene que esta normativa, incluso, “debe hacerse cargo de los inmigrantes que han ingresado irregularmente al país”, en referencia a víctimas de la trata de personas. “Tienen derechos humanos y deben ser tratados como tales, aun cuando hayan delinquido”.
“La cantidad de extranjeros que residen en nuestro país bordea las 500 mil personas y eso es mucho”, reconoce Norambuena. “Sin embargo, asociar el aumento de migrantes con el tema delictual es delicado porque no se puede decir que esta población sea, mayoritariamente, inescrupulosa”, advierte.
“Son muchas más las personas que ingresan por trabajo y a aportar a este país que gente que entra de forma irregular”, subraya la académica.
Además, señala que el país requiere de esta población extranjera. “Chile debe pensar muy bien las futuras acciones que emplee respecto al ingreso de los migrantes, puesto que nuestra población está envejeciendo. Los índices de natalidad son bajos y no se está produciendo una recuperación, por lo que no habrá población de recambio. Por eso, es bueno que entren migrantes y que, a través de eso, se aumente la natalidad”, indica.
Por otra parte, “muchos de los inmigrantes que ingresan son calificados. Se intenta dar una imagen del migrante pobre, inculto y con rasgos delictuales. Sin desconocer que eso exista, no es la mayor parte del extranjero que ingresa. El que entra tiene altos niveles de escolaridad”, ejemplifica.
En ese sentido, sostiene que “las modificaciones a la normativa que han apuntado a desincentivar la posibilidad de venir a Chile hay que trabajarlas con mucho cuidado”.
Inmigrantes sí, traficantes no
Sin desmerecer los beneficios de la población migrante, la especialista sostiene que sí amerita una política pública más agresiva contra los responsables de trata de personas o tráfico de drogas.
“Nadie puede estar en desacuerdo en que hay que administrar una normativa que resguarde al país de ese tipo de personas”, afirma. Sin embargo, señala que “ya están los mecanismos para impedir que los inmigrantes entren si no cumplen con determinadas condiciones. Lo que ocurre es que, al margen de la ley, ingresan personas irregularmente”.
La especialista reconoce que “Chile no está exento a los problemas que aquejan a Europa o Estados Unidos, porque la llegada de inmigrantes ha aumentado de manera significativa. Estamos siendo un país de destino”.
En ese sentido, critica la falta de iniciativa para impulsar una política sobre la materia. “Quienes han asumido todo este trabajo han sido las municipalidades como Quilicura o Independencia. Los Gobiernos locales han asumido toda la responsabilidad del trato directo con sus migrantes. Ahí está el tema”, concluye.
