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Programa Familias de Acogida: restituyendo el derecho de todo niño o niña a vivir en familia

En la provincia de Elqui se necesitan familias que, de manera voluntaria y desinteresada, puedan acoger a niños y niñas que por diferentes razones no pueden permanecer temporalmente junto a sus familias de origen.

En Chile, durante el 2015 fueron 7 mil 879 niños y niñas los que debieron ser separados de sus familias por parte de los tribunales de familia, debido a graves vulneraciones de derechos. El 70 por ciento de ellos fue derivado a centros de protección, mientras que el 30 por ciento restante fueron recibidos por familias de acogida.

Para evitar la institucionalización de niños y niñas, la mejor alternativa es una familia dispuesta a hacerse cargo temporalmente de sus cuidados. El Programa Familia de Acogida Especializada (FAE) es una forma de cuidado transitorio para niños, niñas y adolescentes de 0 a 17 años que son víctimas de desprotección o han sufrido vulneraciones en sus familias (abandono, violencia sexual u otras formas de maltrato físico y/o psicológico).

Lo que se busca es integrar al niño o niña a un grupo familiar consanguíneo o alternativo, que esté dispuesto solidariamente a cuidarlo con amor y apoyarlo en su desarrollo vital, mientras se realizan las intervenciones necesarias con su familia de origen para que desarrolle o fortalezca su capacidad de cuidado y crianza.

La directora regional del Servicio Nacional de Menores (Sename), Verónica Zárate, señala que “como Sename buscamos que los niños tengan otras alternativas al sistema residencial, no queremos más niños en centros de protección porque sabemos que el mejor espacio para el desarrollo de un niño o niña es la familia, ya sea su familia biológica o una familia de acogida”.

Las familias de acogida firman un compromiso. Saben que se trata de un proceso que puede extenderse por meses o años, dependiendo de lo que determine el tribunal de familia. El periodo de permanencia dependerá de cuánto dure la intervención con la familia de origen o mientras se busca una familia adoptiva.

Actualmente, en la provincia de Elqui, el Programa FAE es ejecutado por la ONG ADRA Chile y subvencionado por Sename. Cuenta con tres familias externas, mientras otras cuatro están en evaluación, por lo que se hace necesario contar con más familias que deseen entregar amor de manera desinteresada.

Beneficios de una familia de acogida

A diferencia de la permanencia de un niño, niña o adolescente dentro de las residencias de protección colaboradoras de Sename, las familias de acogida minimizan los efectos de la separación de la familia de origen, permiten la socialización, el cuidado personalizado y el desarrollo en un ambiente familiar. Así lo explica el seremi de Justicia y Derechos Humanos, Carlos Galleguillos. “Los niños necesitan estar en un núcleo familiar aunque sea transitorio, ya que es un derecho humano fundamental al que apostamos cumplir, fundamentalmente en un segmento que va entre los 0 y los 6 años de edad”.

Además, resguarda especialmente en bebés y niños pequeños las necesidades afectivas de apego seguro y se logran mejores avances en el desarrollo del lenguaje y de las habilidades cognitivas.

¿Quiénes pueden ser familias de acogida?

Las personas que deseen ser familias de acogida pasan por un proceso evaluativo sicológico y social que determina si son idóneos para recibir al niño o niña. Deben ser mayores de edad y contar con intereses y aptitudes para la crianza infantil, las que se traducen en respetar la historia personal del acogido y su relación con la familia biológica. Asimismo, deben empatizar con situaciones familiares difíciles.

Otro rasgo importante es la ausencia de situaciones de violencia u otras problemáticas que dificulten la admisión de nuevos miembros, poseer una salud física y psíquica compatible con labores propias del acogimiento familiar y rangos de edad de los niños. Pero sobre todo, debe mantener vínculos de afecto al igual que de desprendimiento, ya que el niño o niña deberá regresar a con su familia de origen o irse a vivir definitivamente con su familia adoptiva.

Tanto las familias extensas como externas reciben el apoyo constante del programa “los profesionales llevan un proceso de intervención con todas las familias. Estas acciones tienen como objetivo fortalecer sus competencias y también preparar el retorno del niño con su familia de origen, lo que permite que la familia de acogida externa pueda acoger nuevamente a otro niño que lo necesite, dado que la permanencia es provisoria” enfatiza Carolina Vilches, directora de FAE Adra La Serena.

Además, la familia que recibe a un niño o niña debe poseer ingresos económicos estables que satisfagan las necesidades básicas del grupo familiar. Al respecto, la directora del programa señala que “las familias tienen que tener la estabilidad económica para poder tener al niño o niña dentro de su hogar. Si bien nosotros los apoyamos con una suma de dinero, es algo que va directamente en beneficio del niño o niña, como por ejemplo atenciones de salud particular, pasajes, furgón escolar, compra de vestuario y calzado, entre otros. La idea es que la llegada de este nuevo integrante no trastoque el sistema familiar, pero son las familias quienes deben cubrir sus necesidades básicas durante la permanencia del niño o niña”, aclaró.

Una familia puede acoger hasta dos niños, aunque si se trata de hermanos puede hacerse una excepción “el que acojan a uno o más niños depende exclusivamente de las competencias parentales que posea esta familia o la persona que desea ser familia de acogida externa, además de las condiciones de habitabilidad de la vivienda, para de esta forma asegurar al niño o niña una atención individual y especializada, que es el objetivo del acogimiento familiar”, finalizó Carolina Vilches.

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