La especialista en género, salud y trabajo de la Universidad de Santiago de Chile, María José Rodríguez, sostiene que las cifras de la Encuesta Nacional sobre Uso del Tiempo del INE son resultado de la separación de roles que se ha instalado en la sociedad chilena. Critica que las mujeres deban cumplir una doble función y aconseja replantearse la organización del tiempo. “Es importante que el Estado abra espacios de discusión sobre la relevancia del ocio en el desarrollo de las personas”, sostiene la psicóloga.
Un evidente predominio femenino en las labores del hogar reveló la Encuesta Nacional sobre el Uso del Tiempo (Enut), realizado por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), cuyo objetivo principal es obtener información sobre el tiempo que la población mayor a 12 años destina a actividades de trabajo laboral, empleo no remunerado y actividades personales.
Al respecto, la psicóloga y académica de la Universidad de Santiago, Dra. María José Rodríguez, pone especial énfasis en el tiempo que la mujer debe otorgar al ocio, asegurando que éste “sirve para probar experiencias nuevas y desarrollar habilidades que no han sido exploradas. Como nuestro país tiene tan marcada la relación trabajo-familia, no le da relevancia”.
Según indica la encuesta, aplicada a un 85% de la población nacional, en un día tipo, en promedio, las mujeres destinan tres horas más que los hombres a todas las actividades de trabajo no remunerado, que incluyen labores domésticas, cuidados a integrantes del hogar y trabajo no remunerado para otras casas.
Para la especialista en las áreas de género, salud y trabajo, “este tipo de resultados visibiliza una situación heredada de la idea tradicional sobre los roles de género, donde las mujeres tienen la doble función del cuidado familiar y, a su vez, las tareas domésticas”.
Según explica la académica, la situación que describe la encuesta “afecta no solo la vida personal, sino también su ámbito laboral, porque le da menos flexibilidad para trabajar o conciliar la relación trabajo-familia. Mientras está en el trabajo, la mujer piensa en lo que debe llegar a hacer a la casa y preocuparse de las responsabilidades que ha asumido”, indica.
“Asimismo, afecta y configura las relaciones de pareja. Si están siempre insertos en la rutina y no comparten con otras personas, hace que se cierre un poco el círculo, lo que no es bueno”, agrega la experta.
“Muchas encuestas miden la relación de tiempo en cuanto a trabajo y familia, pero no miden el uso del tiempo libre, y es cosa de pensar en los índices de depresión y ansiedad que hay en Chile”, sostiene.
Recomendaciones
La psicóloga recomienda dos cosas. La primera, a nivel individual, es replantearse la organización del tiempo: pedir ayuda, distribuir tareas domésticas entre hombres, mujeres e hijos, y construir redes de apoyo. Todo esto, para reforzar el autocuidado.
La segunda, a nivel país, es que el Estado plantee la discusión sobre la relevancia del ocio como un espacio de desarrollo que enriquece a la persona y le ayuda a ser más saludable; que en los trabajos se priorice el enfoque de género; y que se incluya en la consideración de la pobreza el concepto tiempo, que no es solo material, plantea.