El Director de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Santiago, Pedro Reyes, sostiene que la medida “no tiene sentido para la realidad que vivimos hoy”, donde la penetración de redes sociales en Chile sobrepasa el 90%.
Además, el doctor en comunicación explica que una de las externalidades positivas más importantes de la propaganda electoral por redes es su bajo costo. “Es mucho más barato tener publicidad ahí que en la calle”, afirma.
Esta semana se conoció una controvertida disposición contenida en la página 23 del “Manual de Consulta de Campaña y Propaganda Electoral, Elecciones Municipales 2016” del Servicio Electoral (Servel). Respecto a qué es lo que no se puede hacer para difundir propaganda electoral, el texto prohíbe realizarla “a través de redes sociales como: Facebook, twitter, WhatsApp, entre otros”.
El Director de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Santiago, Pedro Reyes, sostiene que la disposición es “contradictoria y no tiene sentido para la realidad que vivimos hoy. Me parece más democrática la propaganda electoral en redes, donde uno puede elegir qué ver y qué no”.
El doctor en comunicación indica que la disposición va en contra de la función de las propias plataformas digitales. “Internet y las redes sociales se definen como las nuevas plazas públicas, lugares de deliberación y debate. Prohibir la propaganda en estos espacios no tiene explicación”, afirma.
Por lo tanto, para el experto “parece una visión retrógrada de lo que significa la difusión de información. Si se puede poner un cartel, ¿por qué no se puede colocar en redes sociales?”, sostiene, haciendo hincapié en que “incluso, en las redes sociales uno tiene la capacidad de elegir qué ver y qué no, y eliminar la publicidad si se quiere”.
“En ese sentido, me parece una decisión más en línea con una fobia tecnológica, reacción a algo que existe, que está ahí y que no es para beneficiar a los políticos: las redes sociales son un espacio de discusión y deliberación”, enfatiza.
Agrega que “la propaganda electoral es mucho más invasiva en las calles, porque uno está obligado a verlas, uno no puede abstraerse de esa realidad. En cambio, en las redes sociales, el usuario es una persona que puede tomar decisiones”.
Además, agrega que uno de los problemas que puede traer la norma es que debe especificar sobre quién recae esta prohibición. “Una persona podría hacer publicidad por un candidato y nadie tendría por qué censurarla, salvo Facebook”, explica.
Beneficios de la propaganda en redes
Una de las externalidades positivas de la propaganda electoral por redes, sostiene Reyes, es su bajo costo. “A ese ámbito de discusión se puede ingresar desembolsando muy bajos recursos. Es mucho más barato tener publicidad ahí que en la calle”.
“El interés de los políticos por aparecer en redes sociales es porque su penetración en Chile es inmensa, por sobre el 90%, es un medio de difusión para todo lo que ocurre”, complementa.
Respecto a si la norma pudiera mermar el descrédito de la ciudadanía hacia la clase política, sostiene que “puede que a mucha gente le parezca bien que los candidatos no difundan su propaganda en redes. Puede ser bueno para los grupos que no votan, pero una prohibición de este tipo no cambiará enormemente la realidad de lo que está pasando”.
Finalmente, el experto considera que los reclamos de diversos sectores políticos a esta norma conseguirán su objetivo. “Pueden tener un efecto positivo, porque esta disposición puede que se vea como un intento de censura a las campañas”, proyecta.