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Mercedes Lemus: “Partí de cero con mi escoba y mi pala”

La emprendedora tomó lo que mejor sabía hacer y lo convirtió en su emprendimiento. Hoy tiene una pequeña empresa y da trabajo a otras personas.

Mercedes Lemus (54 años) es una mujer de esfuerzo. Junto a su marido, salen adelante gracias a Fondo Esperanza (FE), ya que ambos son emprendedores: Ella tiene una empresa de aseo y él es comerciante ambulante.

Viven en Compañía Alta, en La Serena, y son reconocidos por vecinos y amigos como los mejores emprendedores del barrio. “A Fondo Esperanza me invitó una conocida del vecindario. Me gustó mucho porque era una oportunidad que no iba a tener otra vez. A pesar de que el grupo original se deshizo, logré formar uno nuevo y actualmente somos muy unidos porque entre nosotros prima el respeto ante todo. Tenemos varios interesados que desean unirse en el recrédito, así que estamos felices”, manifiesta.

Hace quince años, Mercedes comenzó a trabajar en el rubro de la higiene y limpieza de espacios, específicamente en oficinas. Trabajó para una empresa de renombre en la IV Región y fue así como conoció el “teje y maneje”- como dice ella- del negocio. “Coloqué mi microempresa con harto esfuerzo. Hice un curso de aseo en Santiago y aprendí hartas cositas. Ahora trabajo con otras cuatro personas más y nos ha ido súper bien”, explica.

Sin embargo, la emprendedora dice que para lograr lo que tiene hoy, el trabajo fue arduo. “Partí de cero con mi escoba y mi pala. Me encanta lo que hago, ya que es lo que mejor que sé hacer y disfruto haciéndolo. Me dicen que soy jodida –ríe- pero es que para mí el aseo debe quedar impecable, sea por trabajo o por limpieza del hogar”, dice.

“Fondo Esperanza me ha ayudado demasiado, ya que pude comprar varias máquinas como enceradoras y aspiradoras para abastecer lo que hacemos, ya que si bien es cierto, se hace en terreno y no contamos con un espacio físico, debemos tener todos los implementos para realizar el aseo. Desde hace cinco años que tengo mi empresa y mi situación económica ha mejorado bastante. Antes nos dábamos vuelta como podíamos no más con mi esposo y ahora no. Hoy en día puedo decir que vivo un poco más aliviada, con el microemprendimiento que logré gracias a FE”, indica.

Pero Mercedes no sólo se alegra por su superación personal, sino que también se siente orgullosa de ver a compañeras de grupo que ha surgido igual que ella. “Yo siempre ando alegre y les cuento a las chiquillas como partí para que se pongan las pilas. Me contento al ver el cambio de cómo llegaron y cómo están hoy con sus negocios. Todos juntos salimos adelante”, finaliza.

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