Asumiendo cualquier responsabilidad que pudiera conllevar una decisión de estas características, el alcalde de Coquimbo, Cristian Galleguillos Vega, ordenó que desde este lunes 11 de julio se inicien los trabajos para instalar viviendas de emergencia en el sector Baquedano y así dar solución a las familias que estaban a la espera de un lugar más digno para habitar desde el 16 de septiembre del año pasado, fecha en que un terremoto y tsunami afectó a la comuna.
Serán 27 las viviendas de emergencia de 23 metros cuadrados cada una, con baño, que podrán ser instaladas en las semanas venideras. Según el Alcalde Galleguillos, una de las razones esgrimidas por el Gobierno para no proceder a su instalación, es que serían emplazadas en zonas de riesgo de inundabilidad ante un tsunami.
En reunión de la Asociación de Municipios de la Región de Coquimbo, con el Subsecretario del Interior, Mahmud Aleuy, en Santiago, sostenida recientemente, fue el representante del Gobierno quien dijo que los trabajos se podían realizar bajo la responsabilidad de los ediles, por lo que Galleguillos no quiso esperar más y dio inicio a las obras. “Por el bienestar de nuestros vecinos hemos dicho que las casas se instalen. Coquimbo se cansó de esperar la autorización del Gobierno para su instalación, por lo que a partir de hoy se comienza la construcción de estas viviendas de emergencia, que son provisorias, porque estamos trabajando por una solución definitiva junto al Ministerio de Vivienda y Urbanismo”.
Frente a las responsabilidades o riesgos que corre como autoridad, el edil fue enfático en expresar que era necesario tomar una decisión al respecto y apenas se le dio la posibilidad de actuar lo hizo. “Es un riesgo que se asume en conocimiento de lo que significa tomar esta decisión, pero lo hacemos por nuestros vecinos. Estamos trabajando en las medidas de mitigación, hay un plan de evacuación para las familias del lugar que en la Dirección de Protección Civil y Emergencia lo hemos perfeccionado”.
Una de las beneficiadas con la instalación de una de estas viviendas, es Miriam Espinoza, quien junto a su hijo y una nieta viven en carpas desde que pudieron regresar a su hogar, en calle Baquedano, que luego del tsunami quedó con serios daños estructurales. “Por una parte, lo que están haciendo es bueno y necesario pero por otro lado el alcalde se está arriesgando harto si es que pasa cualquier cosa”.
La instalación de estas viviendas de emergencia mejorada está a cargo de funcionarios municipales, quienes en promedio tardan cinco días en su instalación y acondicionamiento, quedando habilitadas para su uso inmediato.
