Durante todo enero, voluntarios de diferentes partes del país trabajarán en proyectos comunitarios o viviendas transitorias que busquen hacer más digna la vida en zonas de alta vulnerabilidad.
Comienza un nuevo verano y, con él, la oportunidad para miles de jóvenes de contribuir en la disminución de la pobreza y a la lucha contra la desigualdad. Son los ya tradicionales Trabajos de Verano de TECHO-Chile, que una vez más se toman el mes de enero para la construcción de soluciones a problemas habitacionales y comunitarios a lo largo de todo el país.
Este año los Trabajos se llevarán a cabo en cinco diferentes zonas de Chile. La región de Atacama albergará tanto a secundarios como jóvenes que pertenezcan a la educación superior. Asimismo, las regiones de Valparaíso, Metropolitana y Biobío congregarán sólo a jóvenes, mientras que la región de Los Lagos, en la isla de Chiloé específicamente, concentrará la presencia de secundarios provenientes desde la región de Coquimbo hasta la de Los Lagos.
Es precisamente la isla de Chiloé la que movilizará la mayor cantidad de voluntarios. A partir del 5 de enero más de 800 secundarios ponen parte de su verano a disposición para construir 60 viviendas transitorias en las comunas más vulnerables de la isla más grande del territorio nacional.
Son las comunas de Queilén, Quinchao, Chonchi, Ancud y Quemchi las que, después de un riguroso catastro para definir las zonas de trabajo, se adjudicaron los proyectos. La selección de las familias, por otra parte, se hizo en base a los casos más críticos de habitabilidad (infraestructura deficitaria irrecuperable) a través de datos que fueron levantados por los mismos municipios y revisados en conjunto con voluntarios de TECHO a través de un instrumento de diagnóstico.
“Hay cientos de familias que viven alejadas de centros de salud, de establecimientos educacionales y con un sistema económico muy ligado a la industria del salmón. Para nosotros, siempre que exista carencia de uno de los derechos fundamentales, estamos hablando de pobreza multidimensional, sin mencionar la precariedad que algunas familias sufren con sus viviendas, y que es la razón por la que apostamos por Chiloé como sede de nuestros trabajos nacionales” señaló Giovanna Moreira, Directora Regional de TECHO-Chile en Los Lagos.
Las familias, además de participar en la organización y el trabajo mismo, también son parte del financiamiento del proyecto. Cada una ha juntado dinero para financiar un 10% de la vivienda que se levantará en conjunto al financiamiento que TECHO ha recolectado a través de gestiones propias de la organización.
Coquimbo
Desde la región de Coquimbo son 20 voluntarios que se pusieron la camiseta por TECHO-Chile y partieron en ayuda de las familias más vulnerables de Chiloé, embarcandose en un largo viaje con el fin de construir una sociedad más justa y sin pobreza.
Los voluntarios están llenos de esperanza y sienten cada experiencia única, hecho que los hace participar cada año, “No me parece justo que las personas no vivan dignamente, todos tenemos ese derecho. Yo participo en estos trabajos porque me siento útil y creo que se está haciendo justicia, aprendo de las familias que ayudamos y con nuestro trabajo le damos una retribución justiciera” señala Manuel Caicedo, Voluntario TECHO-Chile en Coquimbo.
Las viviendas son construidas en base a paneles prefabricados y con una estructura que permite realizar posterior ampliación. Además aporta mayor comodidad y habitabilidad para las familias, pues poseen aislación térmica.
En el marco de estos trabajos la Directora Regional de TECHO-Chile en Coquimbo, Marcela Castro señaló que: “Estamos felices de que jóvenes de nuestra región hayan comenzado esta aventura, dejando de lado sus comodidades para entregarse por sus convicciones. Ellos van a ir a hacer un trabajo en conjunto con familias de Chiloé, quienes han sido marginados de la sociedad. Al resto de los invitamos a motivarse por el voluntariado para que juntos construyamos un Chile más justo y sin pobreza”.
De esta manera, serán casi 2.000 jóvenes de todo Chile los que, motivados por un grueso compromiso social, se movilizarán a lo largo del país para atender las necesidades más urgentes de los más vulnerados. Además, se intentará mantener intacto el fuerte vínculo que se genera en el trabajo conjunto entre voluntarios y comunidades para, de esta forma, hacer a todos partícipes de las soluciones.