Tras superar un accidente cardiovascular, logró salir adelante y enfocar todas sus energías en la producción de tomates en la localidad de San Isidro.
Toda una vida ligada a la agricultura es la que lleva Joaquín Cortés, quien desde los 13 años que trabaja en este sector –ahora tiene 60 años-, tiempo en el cual ha logrado sobresalir como un destacado productor de tomates en la comuna de Vicuña.
Luego de estar por muchos años trabajando para otros empresarios del agro, actualmente gracias a su esfuerzo y a la ayuda del INDAP ha sacado adelante su pequeño emprendimiento ubicado en la localidad de San Isidro, el que tiene tres características fundamentales para distinguirse a nivel comunal: la cantidad, el tamaño y la buena calidad de sus tomates.
El pequeño agricultor enfatiza que lo común es sacar anualmente 200 cajones, sin embargo en su caso llega a los 300. Además, puntualiza que logra tener producciones en octubre, aspecto que le permite mejorar el precio de venta debido a que en esa época no es mucho el tomate que hay en la zona.
Junto a lo anterior Joaquín Cortés destaca que “incluso a las personas que me vienen a comprar les saco el tomate maduro directamente de la mata, lo que me da una ventaja en comparación con los tomates que vienen de otras partes, que los traen verdes y maduran acá”, y añade que “el poder decir que mis producciones son valoradas y reconocidas en Vicuña se lo debo en gran parte al INDAP. Gracias a esta institución y en especial por el apoyo de los profesionales de PRODESAL vivo bien y tranquilo, y trabajo en lo que más me gusta”.
Al respecto, Joaquín rememora indicando que hubo un tiempo que pasó por momento difíciles. “Yo antes estaba enfermo, tuve un accidente cardiovascular, tenía la mitad del cuerpo paralizado y veía que la gente no me ayudaba, pero gracias al apoyo de los profesionales me mejoré”, comenta emocionado y detalla que “cuando me sentí un poco mejor comencé a trabajar en lo que más me gusta que es la agricultura; antes yo no sabía qué hacer laboralmente, quería tener un terreno pero no sabía cómo… Pero me asesoraron, creyeron en mí y entonces ahora verme trabajando, mantener mi cuerpo en movimiento y saber que puedo salir adelante me pone muy contento y por supuesto estoy muy agradecido”.
APOYO FUNDAMENTAL
Sobre los beneficios que ha tenido mediante el INDAP, el agricultor vicuñense indica que ha sido estanques, invernaderos y herramientas de trabajo, entre ellas una bomba de espalda motorizada para fumigar, entregada recientemente y que le permite ahorrar más de un hora de trabajo.
Sobre sus proyecciones para el corto y mediano plazo, Joaquín Cortés señala que pronto tendrá un segundo invernadero: “ya tengo todos los materiales, solo falta armarlo. Lo utilizaré para la producción de tomates”, mientras que el que ya tiene lo destinará a cebolla o porotos, porque su idea es ir rotando los cultivos.
