Gracias a un trabajo coordinado entre SENAMA, el municipio de Maipú y la Fundación Las Rosas, esta adulta mayor vivirá desde hoy en el Hogar Santísima Trinidad de calle San Francisco.
A través de redes sociales, el pasado 18 de octubre circuló un video donde se evidenciaba maltrato físico y verbal en contra de la señora María Tapia, de 84 años, residente en ese momento en el Hogar Años Dorados de Maipú.
Hoy la realidad de la señora María es otra, pues fue acogida por la Fundación Las Rosas, gracias a la coordinación del Servicio Nacional del Adulto Mayor y del municipio se logró la reubicación de esta profesora jubilada, quien luego de sufrir maltrato es su anterior residencia estuvo viviendo en la casa de una sobrina.
Precisamente las sobrinas Nolda y Ángela Tapia acompañaron a su tía hasta su nuevo hogar, donde fueron recibidas por la directora nacional de SENAMA, Rayen Inglés; el capellán de la Fundación Las Rosas, padre Andrés Ariztía; la directora del hogar; la Hna. Blanca Abad; además de los residentes y personal a cargo de los mayores.
Desde el primer momento en se conoció el caso, la Seremi de Salud, el municipio y SENAMA se hicieron presentes para abordar el caso con la debida protección de derechos de la adulta mayor, quien presenta Alzheimer.
La directora de SENAMA, Rayen Inglés, agradeció la gestión del Municipio de Maipú, el que puso a disposición a sus profesionales para entregar un acompañamiento psicosocial a la adulta mayor y su familia.
Precisó que “queremos que este sea un espacio de ejemplo para promover el buen trato y un cambio de actitud hacia la vejez”. Hoy estamos dando una buena noticia y mostrando a la comunidad un aspecto favorable de lo que significa el trabajo conjunto por las personas mayores”.
Llamó a la sociedad y a quienes que por distintas circunstancias deben institucionalizar a una persona mayor en un establecimiento de larga estadía a tomar las medidas de precaución necesarias: “visitando el lugar, haciendo una inspección ocular, recorriendo las instalaciones, preguntando por la zona de seguridad, por el reglamento interno, revisando el contrato que firmarán, el tipo de prestación, el modelo de gestión, la capacitación del personal, entre otros aspectos que son de vital importancia”.
Por su parte, el padre Andrés Ariztía, precisó que junto con los cuidados que se les proporcionen a las personas mayores en este tipo de instituciones, también es importante el rol de las familias. “Si bien sus sobrinas se han hecho cargo, es fundamental que se acerque su familia directa. Mucha veces experimentamos aquí el abandono de las personas mayores, lo que les trae mucho dolor, por eso nuestra tarea es devolverles la esperanza y alegría de vivir a los adultos mayores que llegan acá”, concluyó.
En todo caso, las sobrinas, Nolda y Ángela se comprometieron con seguir visitando a su tía María.