De acuerdo a la Encuesta CASEN en el país hay más de 400.000 personas que no saben ni leer ni escribir y en la Región de Coquimbo hay 20.039 personas que están en esta situación, diagnostico que llevó a iniciar en el año 2003 un programa de alfabetización que cautivó por su impacto social.
Después de cuatro años de interrupción, la Presidenta de la República Michelle Bachelet, volvió a incorporar en las políticas públicas de la educación de adultos, este programa gratuito de alfabetización denominado “Contigo Aprendo”, que tiene como objetivo proporcionar oportunidades para iniciar o completar estudios a personas jóvenes y adultas que por distintas razones vieron interrumpida su trayectoria educativa.
Es una alternativa para todas las personas mayores de 15 años, que nunca fueron a la escuela o asistieron menos de cuatros años a ella.Permite a sus participantes aprender a leer, a escribir, a realizar operaciones matemáticas y encontrar un espacio de socialización, y alcanzar el cuarto año de Educación Básica.
Don Francisco Fredes con 94 años, de El Molle, comuna de Vicuña,es el alumno con más edad que ingresó al programa de alfabetización, un poeta declamador, quien de forma autodidacta aprendió conceptos básicos de lectura y escritura. Nunca fue a la escuela, su nieto Félix Godoy dice que le cuesta escribir. “Quien lo motivó fue mi abuelita de 84 años que también se inscribió, ella le dijo porque una sobrina, trabaja en el colegio de El Molle, y es la monitora. “Estamos aprendiendo gracias a dios”, dice don Francisco.
Don Ruperto Cortes tiene 66 años, es de El Tambo, comuna de Vicuña, relata que sabía muy poco leer y escribir. “Fui a poquito tiempo a la escuela. No tuve la oportunidad de aprender bien, porque mi papá, como era el único hombre a mí me andaba trayendo para todas partes. Por eso, no pude aprender a leer. Ahora tuve esta oportunidad para estudiar y acepté. Estoy contento, nunca es tarde para estudiar”.
La señora Ena Aguirre con 74 años de Marqueza, en Vicuña, cuenta que “mi hija que trabaja en la escuela me llevó a la señorita (monitora) a mi casa. Sé muy poco casi nada leer. Nunca pude ir a la escuela porque mi padre fue minero, y siempre trabajó en las minas para el interior y no tuve la oportunidad de estar en la escuela. Ahora estoy fascinada, estoy feliz muy bien. Es muy muy bueno el programa”.
La señora Carolina Cortes de Marqueza enVicuña, dice que “nunca fue a la escuela y tengo 85 años. Mis padres me llevaron a trabajar para criar a los hermanos más chicos. Después me casé tuve muchos hijos y tuve que trabajar para criarlos. Hace mucha falta saber leer y escribir. La profesora nos fue a buscar a la casa y ahora estoy aprendiendo”.
El Seremi de Educación, Pedro Esparza manifiesta que “para nosotros como gobierno es muy preciado dar la oportunidad a todas las personas de educarse y mejorar sus condiciones de vida. Ese es el eje central del gobierno, de la reforma educacional, y que no solamente va hacia los niños y los jóvenes, sino a todos aquellos que tengan las ganas y el deseo de mejorar y aprender. Es muy gratificante que tengamos alrededor de 300 alumnos que después de mucho tiempo vuelven a estudiar o nunca habían tenido la oportunidad de hacerlo. Nos da la señal que los esfuerzos que estamos desplegando en el contexto de la Reforma Educacional son reconocidos, y estamos construyendo un mejor país”.
El Seremi de Desarrollo Social, Eduardo Lara, expresa que “fue un error haber eliminado este programa en el gobierno pasado. Era una tarea que venía haciendo la presidenta, y que hoy la ha retomado. La gente no termina su deseo y necesidad de aprender, y requiere ser incorporado a la sociedad. La presidenta hizo una lectura correcta de retomar este programa. Es fundamental para dar oportunidades y demostrar que todos los ciudadanos son objeto de derechos”.
El alcalde de Andacollo, Juan Carlos Alfaro, afirma que “este programa va en directo beneficio de las personas más humildes, de la gente trabajadora del país. Es muy sensible para todos nosotros, porque no podemos concebir que todavía haya gente mayor que no sepa leer ni escribir. Felicitamos a la presidenta por este programa. Esta gente que tomó la decisión de aprender a leer y escribir va a tener una mejor calidad de vida”.
Estudiantes
La Región de Coquimbo retoma esta iniciativa con más de 300 alumnos, organizados en 43 grupos, (20 en Elqui, 16 en Limarí y 7 en Choapa), los cuales comienzan sus clases dentro de lo que se define como educación no formal en La Ley General de Educación. El alumno de menor edad tiene 28 años y el de mayor edad tiene 94 años, siendo mujeres alrededor del 75 % de los estudiantes.
Metodología
Los 43 grupos están liderados por monitores y monitoras, previamente capacitados por la Seremi de Educación, los cuales en un gesto voluntario y solidario ayudan a sus vecinos, amistades o conocidos en la tarea de aprender a leer, escribir y realizar las operaciones matemáticas elementales. Reciben guías de lectura, de matemáticas, cuadernos de aprestos, diccionarios individuales, materiales de trabajo.
Las clases se realizan en los mismos espacios en donde los estudiantes se desenvuelven, como sedes vecinales, parroquias, escuelas o cualquier lugar que tenga las comodidades. Los monitores dentro de las primeras clases, realizan las pruebas de diagnósticos respectivas, de cuyos resultados y para una mayor y mejor atención a los estudiantes se establecen criterios de apoyo, de acuerdo a los niveles de aprendizaje que obtengan.
El servicio educativo se extiende por un período aproximado de 7 meses. Las clases comprenden 6 horas semanales, las cuales se distribuyen, en común acuerdo con el monitor del grupo. El proceso termina con la examinación. Pueden optar a 2 pruebas: una que reconoce la alfabetización y otra que certifica cuarto año de enseñanza básica, y si lo deciden, continuar sus estudios.
