Un estudio revela que el área de reproducción de esta emblemática ave marina disminuirá alrededor de un 20% si el cambio climático se torna severo. Los expertos destacan la necesidad de investigar más a esta especie única de la corriente de Humboldt, en especial porque su estado de conservación no ha sido evaluado en el país.
Es común verlos agrupados en playas y rocas, o en puertos y caletas de pescadores a la espera de un festín. Su gran tamaño, largo pico y enorme saco gular, que se asemeja a una red de pesca, los hacen inconfundibles. Nos referimos al pelícano (Pelecanus thagus), un ave marina endémica – propia – de la Corriente de Humboldt (que se extiende desde Ecuador hasta nuestro país), y un ícono indiscutido de las costas de Chile.
Pese a su amplia presencia en territorio nacional, sus sitios de reproducción están fragmentados. A nivel mundial, el pelícano está clasificado como “casi amenazado”, aunque en Perú se considera en peligro de extinción, mientras que en Chile y Ecuador no existe una clasificación de su estado de conservación.
A esto se suman los potenciales efectos del cambio climático, una de las principales amenazas para la conservación de las aves marinas a escala global, y en especial para aquellas que son endémicas, pues habitan un área más restringida.
Por ello, un grupo de investigadores publicó un estudio en PeerJ donde analizaron, a través de modelos, la potencial distribución geográfica y reproductiva de los pelícanos en Chile, de acuerdo a la influencia de distintos factores ambientales, como la temperatura y la productividad en el mar, para luego realizar pronósticos en dos posibles escenarios de cambio climático para el año 2100: un contexto con efectos moderados y otro donde el impacto sea severo.
“En un escenario moderado, las proyecciones muestran que la distribución del pelícano no cambiaría significativamente con respecto a la actualidad, es decir, estarían presentes desde la zona norte y centro-sur de la corriente de Humboldt. Sin embargo, en un escenario severo de cambio climático, el hábitat preferido de esta ave disminuirá. El norte será menos favorable para esta especie, mientras que la zona centro y sur de Chile será más habitable para el pelícano”, explica Jaime Ojeda, investigador del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB), de la Universidad de Magallanes y de la University of Victoria (Canadá).
El trabajo – liderado por Jaime Cursach, de la Universidad de Los Lagos – contó con la participación de las tres instituciones antes mencionadas, junto a Litoral Austral Ltda, Universidad de Chile y Universidad del País Vasco (España).
Los científicos se basaron en los diferentes escenarios de cambio climático, modelados y propuestos por el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC), que se rigen de acuerdo al aumento del calor absorbido por el planeta ante la concentración de gases de efecto invernadero.
De esa manera, la investigación predice que la distribución espacial del pelícano variará ligeramente en el contexto moderado, aunque podría beneficiarlo a la hora de ocupar áreas para reproducirse, las cuales aumentarán cerca de un 9%.
En contraste, si la crisis climática se torna severa, el área de reproducción del pelícano disminuirá alrededor de un 20%, principalmente en el norte de Ecuador y en la zona centro-norte de Chile.
Esto empujaría a la especie hacia el sur del país. Ojeda detalla que “bajo un escenario severo de cambio climático, existe la probabilidad de que las costas del sur del país – entre las regiones de Los Ríos y Los Lagos – adquieran características más similares a las que existen actualmente en la zona centro-sur de Chile, por lo que sería un refugio reproductivo para el pelicano”.
Uno de los aspectos clave es la disponibilidad de alimento. Las presas de las aves de la corriente de Humboldt son pequeños peces, zooplancton de mayor tamaño y calamares, los cuales se ven fuertemente afectados por los cambios que la temperatura genera en la productividad del fitoplancton. En el caso de los pelícanos, su principal alimento son peces como la anchoveta, la cual nada a mayor profundidad o se aleja de la costa según las variaciones de la temperatura.
El científico del IEB agrega que ya se han observado ciertos cambios. Hace décadas, la zona costera de la Región de Los Lagos ha experimentado una mayor presencia de pelícanos, especialmente en los veranos. Se han registrado, por ejemplo, grandes bandadas que siguen a cardúmenes de peces pelágicos en el mar interior.
También se ha manifestado en la postura de huevos en lugares del Seno de Reloncaví, ubicado en la misma región, y que históricamente no han sido sitios de nidificación de esta especie.
Es importante considerar que, en general, las aves marinas enfrentan múltiples amenazas como la sobrepesca, muerte incidental (por redes pesqueras), contaminación, especies exóticas, y la destrucción de su hábitat, entre otras perturbaciones de origen humano.
Por tanto, los expertos destacan la necesidad de evaluar no solo el impacto del cambio climático, sino también las interacciones ecológicas y los efectos sinérgicos que podrían generar todos estos elementos, que podrían llevar a los pelícanos a una situación crítica.
Para resguardarlos, el académico de la Universidad de Los Lagos, Jaime Cursach, asegura que se necesita “contar con información actualizada sobre la situación de su población reproductiva en Chile, identificar los sitios de nidificación que continúan vigentes, estimando su tamaño poblacional y éxito reproductivo. Luego comparar estos resultados con la información existente en el resto de su distribución espacial (Perú y sur de Ecuador), para una visión metapoblacional, que permita identificar acciones conjuntas entre estos tres países.”
Por su parte, Ojeda remarca que “esta especie potencialmente afectada por el cambio climático encontrará un refugio en el sur. Debemos estar conscientes de la importancia de esta zona para la conservación de esta ave marina endémica del Sistema de la Corriente de Humboldt.”