¿Quién se hubiera imaginado hace algunos años que las películas Disney mostraría familias homoparentales?
Por mi parte no.
Y es que la sociedad ha cambiado y está, por lo menos, un poco más inclusiva.
Hace no muchos años el 28 de junio se conmemoraba casi subterráneamente por las calles de Chile, hoy son grandes carnavales, que son auspiciados, incluso, por servicios públicos y grandes centros comerciales.
Dictadura Gay, le dicen unos, otros, me incluyo, decimos que se trata de que el amor entre dos personas es más fuerte que cualquier cosa y aparte deben quedar los prejuicios y chisten de antaño.
Para hacer un poco de historia me gustaría contarles que el Día Internacional del Orgullo, también conocido como Día Internacional del Orgullo LGBT y otras variantes de la sigla, es un día que se celebra mundialmente cada 28 de junio en conmemoración de los disturbios de Stonewall de 1969.
La noción básica del orgullo LGTB reside en que ninguna persona debe avergonzarse de lo que es, sea cual sea su orientación sexual o su identidad de género.
Desde un punto de vista lingüístico, el término orgullo designa el amor propio o la estima que cada persona tiene de sí misma como merecedora de respeto o consideración.
En este contexto, a pesar de que se ha avanzado muchos en derechos, y que la mayoría de las personas sub 40 no tiene problema con el concepto, está la otra cara de la moneda; somos una sociedad tremendamente discriminadora, y eso lo podemos observar en redes sociales cuando algún actor o famosa declara que tiene una pareja del mismo sexo…los insultos no se hacen esperar.
Lamentablemente siguen ocurriendo asesinatos y crímenes de odio en Chile, y en el mundo, solamente por el hecho de tener una orientación sexual diferente. Y lo más grave, aún hay sociedades y religiones que lo castigan, incluso, con la pena de muerte.
Como mamá les daría el consejo de que pudieran hablar con sus hijos, con amor, y de acuerdo a su edad, y que no se espanten cada vez que, en TV, el cine o en la calle vean a una pareja del mismo sexo. Es mejor que se enteren de nuestros labios que se trata de algo natural, y que no lo vean con morbo, sino como un acto de amor cualquiera.
Lo importante, y como siempre lo he dicho, es que sean personas de valores, lo que ocurra con su vida privada, o a quien decidan amar, no es asunto nuestro.