En una extensa carta dirigida principalmente al alcalde de La Serena, Roberto Jacob, y autoridades regionales, diversos grupos ambientalistas se oponen a la realización del evento, principalmente porque impactará la rivera del río Elqui, zona rica en biodiversidad.
Aquí va la misiva:
Nos dirigimos a usted con el interés de presentar variados fundamentos reglamentarios, científicos y de sentido común que solicitamos sean considerados para atender nuestra solicitud de suspensión de cualquier autorización que respalde la instalación y el funcionamiento de la feria denominada FESILUZ, y que se ha anunciado al público con una duración de tres meses continuos, en horario de 18 a 23 horas, con ubicación en el parque Pedro de Valdivia, inmediato a sectores ribereños del río Elqui.
Desde nuestra perspectiva, y en el contexto que el cuidado ambiental e impacto que generan las fuentes de iluminación de exterior cuenta con definidas y precisas normas legales y reglamentarias, nos encontramos con la autorización de funcionamiento de este tipo de eventos que más allá del efecto que generará, deja un mensaje contradictorio respecto de las políticas ambientales que con mucho esfuerzo se han implementado en la zona.
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Fundamentos Legales y Técnicos
Desde un aspecto técnico, el actual Decreto Supremo número 43 (1) del año 2012 del Ministerio del Medio Ambiente, con la finalidad de disminuir el brillo de fuentes emisoras de luz distintas a las utilizadas en el alumbrado público, ha establecido un límite de emisión en avisos luminosos, el cual se basa en estándares definidos por la comisión internacional de iluminación (CIE), y que sirven de referencia respecto de los límites máximos de luminosidad aceptables para preservar la noche.
Y siguiendo la misma línea, la nueva reglamentación que prontamente será promulgada incluye en su texto límites específicos para aplicaciones ornamentales. Luego, y basándose principalmente en el funcionamiento de esta feria en otras ciudades del país, resulta altamente preocupante la instalación de gigantescos elementos emisores de luz sin control ni regulación durante un periodo tan extenso de tiempo, fuentes que muy probablemente superen la emisión límite de 50cd/m² definida en la actual reglamentación para avisos luminosos e instaladas muy cercana a zonas de anidamiento y rutas de migración de aves nativas y en plena zona histórica de cuidado de la protección de los cielos.
Diversas organizaciones han reconocido la importancia de preservar la calidad de los cielos sobre todo en el Norte de nuestro país.
Relevante, resulta mencionar que el funcionamiento de la mencionada feria se ha previsto en el Parque Pedro de Valdivia, donde se ubica el zoológico de la ciudad que acoge a un importante número de especies de fauna silvestre que, justamente, en el horario que se abre al público FESILUZ, es cuando se dan las condiciones para bajar los niveles de stress que producen el cautiverio y la presencia de los visitantes a los animales, cuestión que durante los tres meses de duración de la feria solo provocará impactos negativos.
En la misma línea, los espacios de este recinto, especialmente los árboles y arbustos, junto a los del parque Japonés, que se encuentra inmediato, sirven de lugar de alimentación, nidificación y cría para un importante números de especies de aves; también, desde la caída del sol, se concentran aves silvestres que tienen sus lugares de dormideros al interior y entorno del parque. Agregar que, también, las especies de hábitos nocturnos como huairavo, lechuza, gallina ciega y chuncho (entre otros) se verán violentamente impactadas por el ruido, presencia de personas y contaminación lumínica.
De la mayor gravedad, resulta verificar que el funcionamiento previsto de tres meses, coincide desde agosto a septiembre, con el inicio de los períodos de nidificación y migración de las aves, muchas de las cuales usan justamente los espacios ribereños del Elqui y los hábitats que conforman los parques Pedro de Valdivia y Japonés.
Cabe recalcar que no queda claro cuál es el objetivo de esta feria, más aún considerando que en el contexto de pandemia y la crisis económica provocada por la misma, hacen que los costos de ingreso para niños y adultos sean restrictivos alejando estas actividades de los criterios de accesibilidad universal para el bienestar de la sociedad en general y de la juventud en particular.
Teniéndose en cuenta que el Artículo 9° de la Ordenanza No. 10 sobre ruidos molestos (promulgada el 26
mayo de 2001) contempla que para este tipo de ferias sólo se «podrán usar aparatos musicales que
produzcan sonidos suaves» y según su Artículo 2° el criterio de calificación del ruido se regirá por las normas contempladas en el DS 286, de 14.12.84 del Ministerio de Salud Pública «en ningún caso, se aceptarán niveles de presión sonora continuos equivalentes superiores a 70 dB (A) lento ponderados en 24 horas.»
Según estudios realizados en 2020, los indicadores provenientes del Ministerio de Vivienda y Urbanismo y el Consejo Nacional de Desarrollo Urbano, La Serena y Coquimbo son dos de las ciudades chilenas con menos contaminación acústica. Así es que el propio alcalde de La Serena destacó la tranquilidad en general de la comuna en este aspecto. Nuevamente, el patrocinio por parte de la I.M. de La Serena que estaría dando a esta feria apunta en dirección contraria a lo que se quiere mantener.
Finalmente, por la vigencia de la Ley de Humedales Urbanos que modificó la Ley de Bases del Medio
Ambiente, consideramos que este proyecto debería contar con permisos ambientales atendido que se ubica en el entorno inmediato del humedal urbano Río Elqui, cuyo proceso de declaratoria se encuentra vigente, y por tanto obliga a la tramitación en el sistema de evaluación ambiental el proyecto de instalación de la feria FESILUZ, cuestión que obliga a pronunciarse a cada autoridad cuya función es velar por el cumplimiento de las diversas normativas que deben aplicarse ante esta iniciativa.
Por todo lo presentado, solicitamos encarecidamente, tenga a bien, en función de las atribuciones,
responsabilidades y obligaciones de su cargo, agotar las medidas para garantizar el cumplimiento de cada una y todas las normas legales y reglamentarias que permitan resguardar las condiciones ambientales y sanitarias, asegurando el respeto a los derechos ciudadanos, el cuidado de los cielos oscuros y la protección de la biodiversidad existente en el área de los parques Pedro de Valdivia y Japonés, y el humedal urbano Río Elqui.
Firman esta carta las siguientes organizaciones:
ONG REDAVES, ONG ELQUI VERDE, ONG ECOTERRA, ONG SURGENCIA, Agrupación CONCIENCIA ECOLÓGICA, CENTRO NEOTROPICAL DE HUMEDALES, ANIMALISTAS Coquimbo – La Serena
