A principios de este año dos hechos trágicos golpearon a quienes conocieron la Manada Benavente, grupo de perritos que fueron cruelmente abandonados hace 7 años en las afueras de las dependencias que antes fue su hogar, en la esquina de Benavente con Amunategui, La Serena.
En todo este tiempo han sido alimentados por quienes transitan por ese lugar, y en los últimos tres años un grupo organizado los asistía dos veces al día con comida, agua, casitas, limpieza, además de procurar mantener al día sus vacunas y desparasitación. Un detalle no menor es que cada uno de ellos cuenta con chip y se registraron como “Perros Comunitarios”
Lamentablemente a principio de este 2020 dos de los emblemáticos, y más queridos, integrantes de esta manada fueron cruelmente envenenados, Lobo ( 10 años) y Alpes (12 años).
El resto de la manda corría peligro, por lo tanto, se decidió sacarlos de esa esquina. El milagro ocurrió, la organización Aclas comenzó una frenética difusión. En conjunto con toda la gente que los conocía y quería consiguieron lo que no parecía posible: Chascas se fue a un hogar temporal que termina adoptándolo, Chilindrina 9 fue adoptada por una de sus madrinas, y Blanca y Niña fueron acogidas temporalmente.
De ahí tenían que salir prontamente pues su cuidadora dejaba el país en poco tiempo. Por tanto, la búsqueda de un lugar definitivo para ellas era muy complicado. Pero nuevamente obro el destino y el ultimo día de plazo fueron adoptadas.
Hasta ahora todo iba relativamente bien, pero las condiciones en su nuevo hogar cambiaron. Además, el intenso uso de fuegos artificiales en el sector, han desencadenado que una de ellas necesite contención. Por otra parte, pasan mucho tiempo solas y escapan. Lamentablemente serán devueltas, ya que no están en buenas condiciones.
No pueden volver a la calle, y en eso están en corporación Aclas, haciendo una intensa y desesperada búsqueda de un hogar para Blanca y Niña.
Son muy cariñosas y fieles, se portan excelente dentro de casa, también usan sus casitas sin problema, y están esterilizadas, desparasitadas, vacunadas y chipadas.
Tienen sus casas, camitas, collares, arnés para pasearlas, y su madrina se comprometen con ellas de por vida para acompañarlas en su proceso de adaptación a un nuevo hogar, con apoyo profesional.
Su nuevo hogar debe tener voluntad para realizar todo lo que sea necesario para que se acostumbren, como paseos constantes, compañía e integración en las acciones diarias de la familia, idealmente no pasar mucho tiempo solas. Son muy apañadoras y apegadas a los humanos, se llevan bien con otros perritos, solo necesitan una oportunidad de terminar sus vidas en un hogar donde las amen para siempre.
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