A través de una declaración pública, los integrantes del Consejo Político Nacional de Revolución Democrática rechazaron la votación que la bancada le entregó a la Ley Antisaqueo.
Aquí su declaración pública:
Este martes la Cámara de Diputados aprobó el proyecto de ley “Antisaqueos” que consta de un artículo único que modifica el Código Penal, que sustituye su artículo 269 e incorpora un artículo 269 bis, tipificando como delito la alteración de la paz pública a través de actos de violencia y aumenta las penas aplicables ante la concurrencia de determinadas circunstancias calificadas.
Pese a que se rechazaron por parte de nuestra bancada los artículos que criminalizan la movilización, tales como el numeral que hace alusión a barricadas y el que penaliza la ocupación de establecimientos públicos o privados en el contexto de manifestación social, la idea de legislar el proyecto contó con su aprobación.
Aunque entendemos que fue una decisión legislativa compleja y realizada de buena fe, como Consejo Político Nacional de Revolución Democrática consideramos que la votaciónfue un error político, pues genera una señal confusa y distancia nuestro quehacer con el sentir de las mayorías sociales y militantes de base que se han movilizado por una vida digna y mayor justicia social durante el último mes. Ante esto declaramos lo siguiente:
- Frente a la nula capacidad política del gobierno para ofrecer una salida democrática a la crisis social, el pueblo de Chile en vez de recibir respuestas concretas ante sus legítimas demandas ha sido víctima de una política que busca criminalizar el movimiento, sin resolver los problemas estructurales de fondo. Por eso, manifestamos nuestro rechazo a la aprobación del proyecto en la Cámara de Diputados, pues además de no resolver el problema, saca de foco lo urgente, es decir, la construcción de una agenda social fuerte y se alinea con una falsa agenda de la paz impulsada por el ejecutivo.
- Reafirmamos nuestra condena a los saqueos que se han producido en distintas comunas de nuestro país, donde los mayores afectados han sido comercios locales. Sin embargo, consideramos que el derecho penal no debe ser una herramienta de resolución al conflicto social que atraviesa nuestro país ni menos impida el legítimo derecho a manifestarnos pacíficamente y que debemos velar por un uso racional del poder punitivo del Estado. Por el contrario, esperaríamos mayor diligencia del actuar de las policías frente a estas situaciones y menos desgaste en la represión a las manifestaciones.
- Reiteramos que el proyecto de ley “antiencapuchados” no fue votado hoy en la Cámara de Diputados. Este proyecto se encuentra en primer trámite constitucional en la Cámara del Senado y nuestros representantes parlamentarios se han manifestado en contra de su aprobación. Hacemos un llamado a nuestra bancada a mantener y defender la postura de rechazo con firmeza pues esta iniciativa es ejemplo del populismo penal que criminaliza las justas demandas del movimiento.
Es necesario que no sólo hablen nuestras palabras sino que también nuestras acciones. Por eso mandatamos a nuestra bancada y llamamos al Frente Amplio para articular a la oposición en pos de discutir cuáles son los componentes de una verdadera justicia en la penalización de los delitos. Proponemos a la brevedad una legislación basada en la sanción de los saqueos de cuello y corbata que aún siguen impunes. Para ello creemos necesario aumentar las penas a los delitos de colusión, la evasión tributaria y los sobornos cometidos por los mismos de siempre, los cuales no necesitan de la calle para ejecutarse pero erosionan la dignidad de toda nuestra sociedad.
No debemos olvidar que Revolución Democrática nace de las calles y llega al Congreso para hacer una política diferente de cara a Chile y está en nuestras manos no defraudarlos. Finalmente, hacemos un llamado a seguir con la movilización pacífica, en todas las regiones del país, puesto que, es esencial que este movimiento continúe hasta que las demandas sociales se hagan realidad, no bajaremos los brazos hasta que la dignidad se haga costumbre y la agenda social no sea un privilegio sino que un derecho.