Encuesta reveló que el 64% de los ejecutivos reconoce mayor productividad en sus trabajadores, aun cuando la dinámica laboral es menos estresante, se toman un mayor tiempo para almorzar y visten más casualmente.
Se aproxima el fin de año y los meses en que la mayoría de las personas se toma un descanso. Pero no todas lo hacen en enero y febrero, hay quienes deben continuar trabajando e, incluso, reemplazar a los colegas que están de vacaciones. ¿Cuál es el comportamiento laboral de los chilenos durante esta época?
Según un estudio realizado por Robert Half a más de 200 gerentes generales en Chile, el 64% de los encuestados aseguró que los empleados son más productivos en el período estival, aunque también indicaron que la dinámica de trabajo es menos estresante. “Esto se debe a que la ciudad está más vacía, los intervalos de traslados se acortan y no hay tanta presión externa. Esos pequeños cambios ayudan a que el colaborador trabaje de una forma más tranquila”, explica Karina Pérez, directora de Robert Half en Chile.
Pero no es solo la dinámica de trabajo la que cambia, la vestimenta también. Según la investigación, el 40% de los profesionales de una empresa tiende a vestir más casual en los meses de verano. “Es un hecho que cada vez vemos menos gente con traje y corbata en las oficinas, ya que en época de calor está más permitido que los colaboradores usen camisa y pantalón, pues, además, el nivel de reuniones formales disminuye”, detalla la ejecutiva.
El tiempo es otro factor que se ve alterado en el verano. El 36% de las personas consultadas afirmó que la hora de almuerzo dura más de lo acordado contractualmente. “Esto se explica porque la gente está haciendo el trabajo de forma más pausada. Hay más gente de vacaciones, algunos procesos o labores se postergan, entonces hay más espacios y momentos para compartir entre colaboradores”, indica Karina Pérez.
Ahora, si lo que se busca en la empresa es que efectivamente el empleado se sienta más a gusto en un período en que la mayoría de sus compañeros está de vacaciones, las recomendaciones son:
- Flexibilidad. Ofrecer una jornada única intensiva ayuda a que los trabajadores puedan disfrutar un poco más del verano pese a estar trabajando. Asimismo, contar con la tarde libre, salir más temprano los viernes o, incluso, ofrecer horario según cumplimiento de objetivos, por ejemplo, contribuye a una actitud laboral más positiva, mejorando también el clima interno de las empresas.
- Menos rigidez. Si la empresa tiene normas estrictas de vestimenta, puede “hacer la vista gorda” durante enero y febrero, permitiendo que sus empleados luzcan ropa más cómoda e informal.
- Más unión. En verano, los teléfonos suenan bastante menos y los mails llegan con cuenta gotas, por lo tanto, es un excelente momento para coordinar reuniones de equipo, definir futuras estrategias y fomentar la relación entre departamentos. Incluso, se puede fijar un día para desayunar juntos o salir a comer. Este tipo de acciones ayuda a unir equipos y disminuye el grado de descontento por tener que trabajar en verano.
- Planificación. Hacer listas es una excelente manera de organizar la jornada laboral y psicológicamente ayuda cumplir metas. El simple gesto de tachar una tarea hace sentir mejor a las personas, porque se sienten más útiles y realizadas.
- Permitir el teletrabajo. Existen muchas profesiones y tareas que se pueden realizar desde la casa. Además, la tecnología ofrece múltiples soluciones que permiten a los trabajadores seguir en contacto permanente con sus superiores sin tener que estar compartiendo el mismo espacio físico.
Estas simple acciones pueden hacer una gran diferencia en el ambiente laboral durante el verano. Se pueden crear nuevos equipos de trabajo, conocer nuevas personas, trabajar de una forma más tranquila e, incluso, ser más productivos que en el resto del año.